sábado, 7 de marzo de 2009

AYER TUVE UN SUEÑO

Ayer tuve un sueño. Bueno, más bien una pesadilla. Después de ver las noticias en la tele con mi abuela sobre la corrupción (presunta) y la financiación ilegal (presunta) del PP, y los trajes tan cursis y pelín horteras, -además de “barateiros” la verdad, que ya puestos a dejarse corromper por un traje podía ser de Armani, pero vamos,- de ese figurín valenciano que tienen por presidente, tuve un sueño horroroso.

En ni sueño salían cargos directivos de ese partido todos uniformados con un traja azul marino y una corbata de color pálido, y con una enorme etiqueta en la espalda que ponía “Regalo de El Corte Inglés”, como esos monigotes que se pegan en la espalda el día de los inocentes, cuando te cogen de tonto o con las manos en la masa. En mi sueño también salía mi abuela, la fantasma. Y me quería comprar, para que yo no hablara de que se pimpla la botella de Whisky. Mi abuela me llevaba a una especie de tienda espantosamente cutre, mientras me decía que eran esos grandes almacenes, pero que yo supongo que es una tienda para fantasmas del otro mundo, y me ponía frente a su terrible y patético escaparate, diciéndome las palabras mágicas: “Pídeme lo que quieras…”

Y esa era mi pesadilla, porque puesto ante la tesitura de tener que escoger un valioso regalo que mantuviera mi boca cerrada, y financiara mis actividades ilegales como grafitero, yo no sabía con cuál quedarme de entre todos aquellos precioso objetos. Todos me parecían regalos maravillosos y muy valiosos, pero yo no sabía ponerle precio a mi corrupción y a mi silencio. Es que hay gente que se vende por poco, pero yo no soy de esos…. ¿Por qué te venderías tú, por un traje? ¿Por un piso, un yate, un polvo? ¡Qué triste!

¡Ay Pena, Penita, Pena...

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