sábado, 7 de abril de 2007

SEMANA SANTA

He vuelto a Galicia por Semana Santa. He vuelto y ya he vuelto de la vuelta; vamos que ya estoy en Madrid. Pero he hecho alguna aguda observación, que para eso voy madurando de acuerdo con mi edad y como se espera de mi. Estas son; las digo aquí públicamente para que algún sesudo sociólogo las estudie en profundidad, yo las doy gratis:

1. El cambio climático estará por ahí a la vuelta de la esquina, pero a Galicia no ha llegado. Llueve como siempre, de arriba abajo y llueve bastante. Bueno, tengo que reconocer que fue al principio al empezar este post; luego ha habido unos días magníficos y soleados; y finalmente ha sido el único sitio de España con sol.

2. Los gallegos, mis compatriotas, también siguen como siempre. Son bastantes guapos y bastante cachondos, pero con una cierta tendencia a tener michelín. Eso si, la mayoría sigue en el armario o casi. Hay muchos gays, pero si quieres ligar con alguno, tienes que esperar a que dejen a sus novias en casa.

3. Los coruñeses siguen pensando que La Coruña es el mejor sitio del mundo para vivir, que tiene el mejor clima, la mejor comida, la ciudad más bonita; y posiblemente tengan razón. Pero casi tengo que pedir perdón por vivir en Madrid, disculparme. La frase que más he oído estas vacaciones ha sido: “¿Vives en Madrid? No sé como puedes, yo no podría” Sin embargo viven fascinados por Madrid y noto como cierto respeto o envidia por los que venimos de allí, somos “los de Madrid”.

4. Se habla menos gallego que antes. Desde luego en la ciudad nadie lo habla, a pesar de que al Bachillerato le llamen Bacharalato y se den más clases en galego. Se habla castellano y la mayoría de la música del mp3 está en inglés.

5. Las tiendas del grupo Inditex, han arrasado con todo. Solo ves zaras, pullandbears, bershkas y massimoduttis. Ni siquiera hay H&M. Todo el mundo anda vestido igual o, para ser exactos, de dos estilos claros: pijos o bakalas. No se ve mucho indi, ni grunge, ni modernos, ni siniestros ni otros estilos tan característicos de Madrid. Eso sí, en la nueva tienda de Pull&Bear de la Plaza de Lugo hay un dependiente guapísimo y que está como un tren. Menos mal que cerraron las tiendas a partir del jueves, si no me arruino; he comprado media tienda.

6. Me siguen poniendo cachondo las procesiones. Todos esos cofrades anónimos a los que no le puedes ver las caras pero si adivinar el cuerpo me ponen tremendamente, y más si pienso que, como los escoceses, igual no llevan calzoncillos debajo de esos hábitos penitenciales.

7. En Galicia conducen por la izquierda o, más bien, por todas partes. La carretera es un peligro constante, te puede salir un coche de cualquier sitio, casa o camino, pues allí los pueblos no están tan delimitados como en el resto de España. Y por supuesto se incorporan al tráfico general sin mirar ni parar. El stop no existe.

8. Finalmente he observado que todo el mundo está un año más viejo y que todos mis conocidos han cumplido un año más. Todos, sin excepción. Es una regla que parece simple pero a mi me resuelve mucho. Yo que soy un desastre para los números y para las fechas le sumo a todo el mundo un año más y así no tengo que andar calculando la edad de nadie. En Semana Santa le sumo un año a todo el mundo y asunto arreglado.

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