viernes, 27 de abril de 2007

OPERACIÓN

Juan tenía miedo a que su mujer descubriera que durante todos estos años le había estado sisando dinero. Cada mes iba guardando una pequeña cantidad del sueldo aun sabiendo que en su casa era necesario todo el dinero que pudiera entrar, una mujer y dos hijos pequeños producen muchos gastos y llegar a fin de mes era una verdadera proeza. Querría haberle comprado aquel chaquetón que imitaba piel que a ella le gustaba tanto o aquel reloj chapado en oro que miraba todos los días en el escaparate, pero nunca pudo reunir la cantidad necesaria, y por eso le remordía más la conciencia por aquellas pequeñas cantidades que escondía.

Su matrimonio iba bien, pero Juan notaba que su mujer siempre estaba un poco triste, como si le faltara algo. Aunque nunca se quejaba, ella con frecuencia le reñía por querer comprar cosas que no necesitaban y siempre le decía lo mismo: “Juan no nos lo podemos permitir”.

Pero Juan soñaba con tener dinero para aquello; era su deseo más íntimo Desde que había visto en la tele que ya era científicamente posible empezó a soñar y a guardar ese dinero tan cuidadosamente sustraído. Por ello, cuando tenía reunida la cantidad necesaria y no pudo aguantar más su secreto, le dijo a su mujer – “María, me voy a alargar el pene, tengo el dinero”, Juan no pudo dejar de sorprenderse de la respuesta de su mujer: “¡Ay ¡ Juan, en eso no me escatimes”.

No hay comentarios:

Publicar un comentario