lunes, 9 de abril de 2007

BOICOT

A mi francamente todo tipo de boicot me parece fatal. Cuando los ultras boicotearon el cava catalán yo me agarraba unas moñas increíbles intentando beberme todo el cava que dejaban ellos de beber. Igual hice con la butifarra y engordé cien kilos.

Por eso digo que yo no estoy de acuerdo con el boicot al grupo Prisa y a partir de ahora me van a obligar a leer no una vez el periódico “El País”, ahora tendré que leerlo cien mil veces al día y pasarme todo el día oyendo la SER, para compensar.

O no, ya puestos voy a ir en contra de mis principios y desde aquí voy a proponer un boicot al contrario: No voy a volver a leer ni “El Mundo” ni voy a volver a escuchar a la COPE (claro que ya no la escuchaba nunca así que esta medida no me va a costar mucho) ni voy a volver a ver Telemadrid (que francamente es ya un asco y se la están cargando). Es que he leído en algún sitio que los intelectuales (entre los que inmodestamente ya me incluyo no podemos permanecer imparciales).

No se puede intentar acallar las voces que nos recuerdan lo que no nos gusta y, aunque parezca una tontería, yo aprendí esto jugando al fútbol. En el deporte aprendí a tomarme con tranquilidad las críticas del público y su derecho a expresarse, a gritarme simpáticos improperios y a acordarse de mi madre con cariño. Yo también estoy hasta los cojones de los gritos de los padres de los jugadores del equipo contrario. ¿Acaso tengo yo la culpa de ser tan guapo como mal delantero centro? Sin embargo yo los respeto, sinceramente, pero me cago en todos sus putos muertos y en la puta madre que los parió.

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