miércoles, 29 de octubre de 2008

LOS CINCO MINUTOS DE FAMA DE YOLANDA

Ayer leí en “El País” el estreno de una obra de teatro especialmente curiosa. Se trata de “Caídos del cielo” escrita y dirigida por Paloma Pedrero y que se va a representar hasta el día 2 de noviembre en el Teatro Fernando Fernán-Gómez. Es un montaje sobre la exclusión social con una curiosa interpretación compartida entre actores profesionales y personas de la calle. La verdad es que me pareció una buena iniciativa y digna de tomar en cuenta.

De alguna manera ha servido para recoger y reinsertar a varios indigentes que vivían ya de manera marginal. Una heroinómana y un travestí. Y es de éste del que quiero hablaros. Fue la foto de su rostro lo que me llamó la atención y me hizo recordar la famosa frase de Warhol de que todo el mundo tiene derecho a sus cinco minutos de fama.

José Manuel, que así se llama el travestí que actúa en la obra, es un gay muy conocido en Chueca, que sobrevivía imitando a Mónica Naranjo en el bar LL en uno de esos espectáculos, para mi bastante penosos, en los cuales un grupo de travestidos imitan a lo más granado de las cantantes españolas: Rocío Jurado, Lola Flores, Sara Montiel o la propia Mónica Naranjo. Yo caí en ese bar, cercano al Nike, por casualidad, acompañando a un ligue puntual, un fin de semana de Chueca, y si bien respeto el trabajo de estos travestidos y no dejan de fascinarme su dedicación, al poco tiempo me aburren soberanamente, pues normalmente cantan en play-back, lo que no me parece ningún mérito. Con lo cual salvando la primera sorpresa de la visión de su vestuario y parecido con su artista favorita, los tres o cuatro minutos de la canción me parecen un tostón. Además de que no me gusta mucho la, digamos, música española o copla. Pero el bar estaba petado de hombres, supuestamente gays, en alegre y vociferante camaradería. Nada que objetar hasta aquí. Yo me besaba con mi ligue.

El susodicho José Manuel, ahora conocido como Yolanda en esta obra de teatro estaba allí de lo más alegre y dicharachero, como una reinona. Parecía feliz. Y me tomó justo a mí como objeto de sus chanzas y bromas. Ya sabéis, las típicas alusiones a mis atributos y a su necesidad de tener un macho que llevarse a la boca…, las bromas típicas de mariquita, supongo; pero que a mi, aterrizado casi por obligación en aquel lugar, maldita la gracia que me hicieron al verme observado por todo el aforo. Por lo visto José Manuel (Yolanda) tiene, a pesar de sentirse como una mujer desde siempre, un enorme órgano sexual famoso en Chueca. Yo no lo comprobé.

El caso es que poco después, y de esto hace bien pocas semanas, me lo encontré sentado en la Gran Vía, en actitud mendicante delante de La Casa del Libro, con cara de hambriento sin techo. Yo no pude olvidar aquel día que fui objeto de sus burlas, y ese día creo que le día cinco euros, que era todo lo que mi bolsillo de estudiantillo llevaba. Pero al verlo allí en días sucesivos, reconozco que cada vez que pasaba miraba para otro lado, fingiendo no conocerle. Bien es verdad, que algún día lo volvía a ver por la tarde gastándose en las terrazas de Chueca lo que había recaudado como homeless en la calle Gran Vía.

Pues bien, igual ahora que él ya ha tenido sus cinco minutos de gloria, tengo que ir a pedirle un autógrafo y preguntarle si se acuerda de aquel joven algo brutote con cara de asustado, y que se llenó de mala leche ante sus bromas de inofensivo travesti. ¡Ahí lo tienes! Saliendo en la prensa mientras yo sigo aquí escribiendo mi modesto blog.

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