domingo, 19 de octubre de 2008

CUMPLEAÑOS VERSUS SANTO (¡Ojo!, contiene Interactivez)

El otro día metí la pata con mi amigo Sergio al ver en el periódico que era su onomástica (que no es comérsela uno mismo, en contra de lo que puede parecer, jajaja). Cuándo lo felicité alegremente me dijo todo extrañado: "no, no, mi cumple es el día 23". Bueno, yo le aclaré que no era por su cumple (que no me iba a acordar, por otro lado; pero que ahora ya me lo he apuntado); que la felicitación era por su santo, él me contesto que no tenía ni idea de cuando era su santo, que él nunca lo celebraba.

Bueno, a mi me extraño mucho, porque en mi casa se celebra mucho más el día del santo que el del cumpleaños. Desde luego el mío por supuesto. Claro, mi santo es el día de Santiago Apóstol, que es la Fiesta Nacional por antonomasia, al menos de Galicia. Hasta en época de Franco ese día era festivo y, con frecuencia, aquel infausto caudillo que el demonio confunda y ahora busca Garzón, iba a la Catedral a realizar la “ofrenda” al apóstol guerrero, más conocido como “Matamoros”. Claro en mi familia, mi bisabuelo, mi abuelo, mi tío, dos primos, un sobrino y yo mismo nos llamamos Sant-Iago; creo que ya he aclarado alguna vez de dónde viene mi nombre que a algunos les parece tan raro, y que en gallego es Iago, no Lago ni Yago, pues en nuestro idioma no existe la “y griega”. Entonces, como digo, en mi casa la fiesta es siempre mayúscula porque ese día de verano ni se curraba ni había clases (bueno es en julio, además) y nos juntábamos toda la familia.

Y si lo piensas bien, celebrar el santo tiene más lógica que celebrar el cumpleaños. Ese día estas en comunión con todos aquellos que se llaman como tú en el mundo, los del mismo nombre. ¿En cambio con quién coincides el día de tu cumple? Con los escorpios… ¡pues vaya panda! A los escorpios nadie les ofrenda nada. Además en cualquier calendario o incluso en el periódico que consultes, al lado del día del mes y año, figura el santo del día. Lo que no figura nunca es la fecha de tu cumple: cumpleaños de Antonio. Reconócelo: de tu cumple no se acuerda nunca nadie. El día de tu nacimiento no deja de ser una lotería, naces cuando tu madre se abre de puertas, pero el ponerte un nombre es un acto de amor en la pareja, que normalmente se decide en la cama. Claro, es un acto de amor ponerte Jonathan o Christian; ponerte Robustiano no deja de ser una cabronada imperdonable, jajaja.

Incluso, y este argumento es chocante en mi que soy ateo, el padrenuestro, la oración más conocida de la iglesia católica, dice textualmente “santificado sea tu nombre” y no “santificado sea tu cumpleaños”. Este argumento es irrebatible, ¡eh! A discutir con la Iglesia no se atreve ni dios.

Y ahora viene la interactivez que tanto juego da, ¿tú qué celebras más: el santo, el cumple, o el ganar a los bolos en las fiestas de tu pueblo?

No hay comentarios:

Publicar un comentario