Yo reconozco que soy un poco cateto. Y que mi actitud ante una obra de arte es como la de mi madre, la marujatorres, ante un famoso. ¡Qué me cae la baba! Claro que ella se acerca a todos los famosos para decirles que le gusta mucho lo suyo, y que los ve siempre por la tele, y que le firmen un autógrafo. Lo malo que nunca se acuerda bien de los nombres y, normalmente, la caga. Claro que mi madre dice que a los famosos le encanta que le digas eso y que su campechanía les chifla. Yo no estoy tan seguro.Y no le he pedido un autógrafo al Pensador de Auguste Rodin pero casi. Reconozco que estar ante una obra de arte como esa, tan “icónica” (si vale la palabreja) impresiona. Da que pensar, si me permitís el chiste fácil. No sé, es impresionante encontrar ahí en la calle esa escultura que tantas veces la has visto reproducida y que has tenido que estudiar en Historia del Arte. Es la misma sensación que siento frente a Las Meninas, el Guernica, el Entierro del Conde de Orgaz o Martiño Rivas, jajaja. Estar en frente de una obra de arte tan famosa y popular me conmueve. Artísticamente tampoco entiendo tanto, pero la verdad es que me parece fantástica y es mucho más grande de lo que yo pensaba; no como los famosos que son todos más bajitos, jajaja. No sé, supongo que si un día estoy delante del David de Miguel Ángel, ya me caigo de culo.
En fin, El Pensador de Rodin se puede ver dentro de la Exposición denominada “Arte en la Calle” en el Edificio de CaixaForum, famoso en Madrid por tener un jardín vertical. Estará ahí del 20 de febrero al 22 de marzo, así que tienes un mes para acercarte a verlo. El pensador está acompañado de otro conjunto escultórico de Rodin denominado “Los burgueses de Calais”. Yo creo que vale la pena acercarse hasta allí y que será una fecha para recordar toda la vida. Luego ya, me di una vuelta por dentro del edificio CaixaForum, hice unas fotos de escaleras para Stultifer, y estuve contemplando algunas modernidades de esas; ya sabes: instalaciones, videos, etc. Hay una instalación que consiste en once monopatines hechos de cerdo frito, o sea de torrezno; y en unos monitores se ve como los perros se van comiendo uno. Bueno, la verdad yo no lo veo muy estético eso, y entre patinar en mi viejo monopatín o en una “orella de cocho” casi que me quedo como estoy.
Bezos.
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