jueves, 19 de febrero de 2009

ABOGADA DE PLEITOS POBRES

Esa expresión. que dice mucho mi abuela. me sirve hoy para comentar el artículo de ayer de Elvira Lindo en “El País” titulado “Ciberparroquia” en el cual me di por directamente aludido.

Elvira sale en defensa de Javier Marías, casi dos meses después -no debe de tener mucho de qué escribir-, al que yo critiqué en un post, por otro artículo anterior en el que arremetía contra el ordenador, el uso del correo electrónico, e Internet en general. La tesis allí sostenida era que hay mucha información deformada, que todo el mundo da por buena. Y, decía Marías, entre otras cosas, que él sigue escribiendo con su vieja máquina de escribir lo que a mí, la verdad, me importa poco. Solo que me parece antiguo.

Realmente yo no sé qué repercusión tuvo aquel artículo y si hubo mucha gente que rebatió a Marías. Pero yo sí que lo hice. Por eso hoy me veo atacado por Elvira Lindo directamente, tanto como si hubiera escrito el artículo para mí solo. Claro, enfrascarme en una batalla contra Marías y Lindo, puede parecer estúpido. Y desde luego, no entiendo muy bien que tenga nadie que defender a Marías y no creo que le haga falta ni se pueden comparar sus armas: un periódico de difusión nacional con mi modesto blog.

Pero es que además, no tienen razón. Claro, ya sé que eso es muy subjetivo. Pero, al menos yo, no he insultado a Javier Marías, a pesar de que él, poniendo antes la tirita a la herida esperaba un ataque y, desde luego, lo buscaba, llamándonos a los que usamos Internet "solitarios y maleducados". Pero yo no lo he insultado a él, como tampoco voy a insultar a Elvira. Pero ellos sí que usan todo su poder mediático y su indudable calidad literaria para insultarme a mí y, por extensión, a todos los que usamos Internet. Según Elvira Lindo, “la ciberparroquia se inundó de defensores airados del Dios Internet, como si el desapego de una sola persona pudiera poner en peligro el sistema”. A mi me ofende personalmente lo de "ciberparroquía", puesto que siendo ateo, quiero permanecer lejos de cualquier palabra de connotaciones religiosas. Pero además, Elvira usa un ensayo de un tal Lee Siegel en el que se traza un paralelismo entre los defensores de Internet hoy en día con los defensores del automóvil en los años cincuenta. Y, lo quieran o no, Internet está ahí para quedarse.

Pero esa no era la tesis. Cada uno que defienda lo que quiera, pero el progreso es difícil de detener. Nadie hoy en día discute la validez del automóvil, y no creo que nadie quiera volver a viajar a Galicia en coche de caballos tardando cinco días en vez de ir en coche en cinco horas. Pero es que además, como dice Adrian Berry en su fabuloso libro titulado “Los próximos diez mil años” también en su momento hubo quien se oponía al uso de coches de caballo, con el argumento de que las ciudades perecerían sepultadas bajo las mierdas de esos animales. Pero no, como digo, ese no era el asunto. La tesis de Marías que a mí, particularmente me molestó era la que decía que en internet cualquier indocumentado puede colgar allí sus tonterías y presentarlas como si fuera ciencia pura.

Y yo, lo único que digo, que eso también pasa con los libros. Que no veo porque lo que diga un libro tiene que ser verdad y lo que diga la Wikipedia, por ejemplo no. Los libros – y no digamos ya la tradición oral- también han hecho mucho daño a la historia de la humanidad y solo hay que pensar en la Biblia por ejemplo. ¡No somos gilipollas!, claro que en Internet se dicen muchas tonterías, y que con un ordenador se pueden cometer muchos delitos, pero ni más ni menos que en resto de la “vida real”. Es que no se dan cuenta o no saben que los ordenadores en sí no son nada y que lo importante son los seres humanos –tan humanos como ellos- que están detrás y los usan. Unos mienten y otros dicen la verdad… nada nuevo, tan antiguo todo, como la existencia del hombre.

En fin Elvira ha actuado, como dice mi abuela, de abogada de pleitos pobres. Y no hacía falta. Me duele que dos de los escritores modernos que más me gusta leer me hayan, de alguna manera, decepcionado. Pero es que yo creo que los escritores deberían escribir sus libros, y dejarse de contarnos sus vidas, sus opiniones, sus ideas, sus discursos sociales. Como las folklóricas deben limitarse a cantar. No hay nada más penoso que oír a una artista decir que hizo “una gira fabulosa” y que “el público era increíble”. Cada uno a lo suyo. Un buen escritor de novelas no tiene que ser necesariamente un buen escritor de artículos. No todo el mundo es periodista. A mí, como dije, me es igual que Marías escriba con ordenador, con máquina de escribir, o con pluma de avestruz, me gustan sus libros, no sus opiniones ni sus manías.

Ahora, y para no sentirme yo menos ni menos arropado ¿hay por ahí algun abogado de pleitos pobres que me apoye? Bezos.

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