jueves, 12 de febrero de 2009

ESTOS PADRES MODERNOS NO SE A DONDE VAN A IR A PARAR

Voy a tener que cortarle a mis padres las alas… Es que no se a dónde van a ir a parar con tanta modernidad. Me jode ser más conservador que ellos, pero es que están despendolados... ¡Ay! ¡Ya no quedan padres como los de antes! Aquellos padres de libro con su severidad y sus reglas claras. Ahora se pasan cien pueblos de liberalismo y modernez.

Y es que mi madre el otro día me cogió por banda y con cierto secreto me ha preguntado si yo “no querría hacerle un favor a Clarita”, mientras me guiñaba un ojo y movía la cabeza así de medio lado… ¿Sabes? Cómo con complicidad. ¿Y desde cuándo la marujatorres me va a mí a buscar mis planes? Yo me quedé a cuadros y me olí algo raro. Porque tienes que reconocer que tu madre te empuje a beneficiarte a la hija del vecino es, cuando menos, preocupante.

La hija de mi vecina, Clara, es mona. Es una niña de 17 años apenas, que tiene una sonrisa muy bonita, y a la que yo quiero casi como a una de mis hermanas. Siempre está por las pistas de mi urbanización por donde nos movemos todos. Y cuando me subo a casa siempre me la llevo con mi brazo por encima del hombro, en alegre camaradería. Yo la quiero mucho, pero comprenderéis que amistosamente, no hay nada de atracción sexual, claro.

El caso es que Clarita tiene un problema o, más bien, dos: uno el ser bajita y gordita, y el otro tener dos amigas que están cañón. Y eso en este mundo se paga con sangre y lágrimas. A menudo se ilusiona con amigos que se acercan a ella para descubrir que, a los dos días, ya están preguntándole si alguna de las otras dos amigas tiene o no tiene novio. Y así la pobre va de desilusión en desilusión. Y la madre está muy angustiada. La madre le compra a Clara condones, la pastilla del día antes, la del día después, la pastilla al minuto y lo que haga falta comprarle con tal de que alguien se la folle. Según mi madre está muy molesta porque “todavía no se ha estrenado y todas sus amigas sí” ¡Hay que joderse con las madres! Y ahí, por lo visto, es donde entro yo…. ¡Mi madre quiere que le haga ese favorcete de encargo! Pero estos padres tan modernos ¿qué coño tienen en la cabeza? Jajaja.

Ahora Clarita tiene un ligue que ha conocido por internet en un pueblo de Galicia. Y hasta allí va a ir con sus padres, aprovechando que se celebra allí la fiesta del lacón o de la empanada o de no sé qué comida; para ver si aquel bienaventurado bloguero se come la virginidad de su hija. Lo que no haga una madre desesperada por su hija. ¡Llevarla a desvirgar! Cómo en las aldeas se llevaba a las vacas "al toro" Se conoce que mi madre quiere ahorrarle el viaje.

Y yo, y que dios me perdone por desconfiar de la propia madre, me pregunto si la intención de la mía sería que Clarita pierda la virginidad conmigo o que yo mismo la pierda con ella, y así, a lo mejor probando con una chica, quién sabe, ejem, ejem. ¿Quién es finalmente la que tiene prisa por conocer la identidad sexual de las dos, la madre de Clara o la mía?

He tenido que improvisar y decirle a mi madre, que muchas gracias, pero que mis polvos me los busco yo, y que montármelo con la hija de una vecina es particularmente peligroso, y que -en esto no tuvo más remedio que asentir- tener a la madre de Clara de consuegra podía ser un tormento. Y me sentí mal explicándole a mi madre todas esas cosas, haciéndole ver que no se puede ir por ahí ofreciendo una virginidad a subasta, que los jóvenes tenemos valores y todo ese rollo... ¡Joer! Pero estos padres de hoy en día en qué estarán pensando, ¿en el sexo? Jajaja

Bezos.

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