Yo cuando empecé a escribir un blog y a leer los de los demás, me pareció un mundo apasionante y lleno de “buen rollito”. Bien es verdad que caí (y creo que es le término correcto “caer” pues todo depende del primer blog que lees y luego ya vas enlazando sus blogs amigos) en varios grupos muy majos. Lo que yo llamo el “lobby andaluz”, “La Gran Familia gallega”, “la entente madrileño-mediterránea” y “los intelectuales tuberculosos”.No sé. Al ser gay para mi ha sido un vehículo de soltar toda mi mariconez. He intentado hacer un blog con un punto de vista irónico, con cierto humor, escribiendo algún post que no está mal e intentando investigar, innovando en post visuales, pues creo que la imagen es la manera más directa de transmitir información hoy en día (no voy a recurrir a la tan manida frase de “una imagen vale más ….”) pero creo que los mejores post son los de Pau, que apenas sin palabras expresa todos los sentimientos humanos. Y le he dado un toque de sexo porque, al fin y al cabo, estamos en Chueca.com. Vale que no es un blog pijo, ni fino, ni intelectual, ni romántico, ni porno… ¡joder!, ahora que lo pienso ¿qué coño es?
He puesto mucho cariño en mis post y mucho cariño en mis comentarios. Pero no siempre he sido entendido. Yo se que no puedo gustar a todo el mundo, eso está claro; siempre habrá que piense que soy un imberbe sin inteligencia que disimulo con unas gotas de insolencia. No me importa. El caso es que pronto me he dado cuenta de que no todo era “buen rollito”, que los blogs no representan más que la misma vida y que también existen los mismos sentimientos negativos que pueblan la realidad: orgullo, envidia, maldad, soberbia, burla. Han bastado unas elecciones para que saltara el “buenrrollismo bloguero” por los aires, “nosotros somos mas maricones” “si vale, pero nosotros vivimos en Chueca”.
Yo leo todos vuestros blogs porque me gusta; sino sería masoquista. E igualmente espero que todo el que lee mi blog es porque le gusta. No concibo otra cosa; nadie lee algo que no le gusta; y sin embargo, a veces he notado ciertas burlas o cierta hostilidad que me desconcierta. ¿Por qué?
No acierto a entender que puede llevar a cierta gente a visitar un blog para reirse de su autor. No me cabe en la cabeza la actitud de algunos de cachondearse de un joven de dieciocho años que escribe sus miedos y sus avances, sus aventuras y sus vivencias, que desnuda sus sentimientos y que intenta expresarlos libremente, al que se le anima a desnudar más y más su alma. ¿Qué lleva a unos maricones a reírse de otros? ¿Qué placer puede haber en reírse de jóvenes inexpertos y un poco ingenuos que vienen aquí buscando un poco de compañía, de comprensión, de entendimiento, de amor? No soy capaz de comprenderlo.
Yo creo que soy fuerte emocionalmente, aunque me duelen las críticas y tengo cierta tendencia a dramatizar; pero ¿cuánto daño se le puede hacer a un joven que tiene un blog para expresar sus temores, viviendo su gaycidad en un pequeño pueblo (o pequeña urbanización) y que busca un poco de apoyo? ¿Cómo puede sentirse cuando los “suyos” se ríen de él? ¿Por qué somos tan frívolos que no somos capaces de ahorrar una burla para escribir un post o un comentario gracioso?
Bueno, perdonad este rollo, solo quería reflexionar en voz alta. No podemos pretender que las cosas sean como nosotros queremos; pero, idealistas al fin, debemos intentarlo. Este post no va dirigido a nadie ni contra nadie. Yo soy el único culpable por creerme Alicia en el país de las maravillas, ahora finalmente caída de la burra.
Pero no me hagaís mucho caso. Si yo por otra parte, lo entiendo; como diría Groucho Marx jamás leería un blog que escribiera alguien como yo.
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