sábado, 23 de enero de 2010

MY FATHER GOES TO HAITÍ

Se me hace muy difícil escribir este post. Algunos pueden haberse sorprendido de que no hubiera hablado hasta ahora del terremoto que asoló a aquel país caribeño. Y es que mi subconsciente rechazaba asumir lo que finalmente ha sido inevitable.

Algunos ya notasteis también que llevo unos días un poco menos activo por vuestros blogs. He estado un par de días más ocupado y desganado. Y aunque siempre da un poco de pudor explicar estas cosas, tengo un buen motivo: mi padre, marino de guerra como ya sabéis, ha partido el viernes para Haití. Quisiera, si me lo permitís, dirigirme ahora a él, y así comprenderéis todo.
“Querido papá. Ha llegado el momento que tanto temía. Lo que mi mente se negaba a admitir ha sucedido, Ayer te despedimos de una manera un poco contenida y hasta impúdicamente alegre para el temor que, en realidad, nos fluye por dentro, y evitar así que manara al exterior. Tal y como esperabas de nosotros. No pude decirte antes de tu marcha lo mucho que te amo. O te lo he dicho, pero no todas las veces que quisiera. Y lo mucho que te necesito a mi lado, y el miedo que voy a pasar mientras estés allí, tan lejos, en aquel país tan destrozado. Me hubiera gustado poder darte un millón más de abrazos de los que te pude dar en ese momento, pero mi condición de hombre y la tuya de militar ha impedido que pudiera transmitirte lo mucho que aprecio tu gesto y lo orgulloso que me siento de ti. No quería monopolizarte con mi angustia ni avergonzarte antes tus compañeros, y tuve que aguantarme las ganas de llorar y de agarrarme a tu uniforme, para no dejarte marchar.

Hoy, sé que pretender que te quedes a nuestro lado sería un egoísmo. Que tu marcha forma parte de una misión tan meritoria como necesaria. Sé que esos niños que están saliendo a diario en las noticias, necesitan hoy un padre más que tus propios hijos. Necesitan alguien que les ofrezca un poco de cariño y consuelo, y tú te llevas todo el nuestro. Pero quiero que sepas que no viviré hasta que te vea regresar, tal vez después de tres o cuatro meses, cuando nos anuncies que la misión ha terminado. Pero no te preocupes, sabré mantener el tipo ante la gente, cuidaré de mamá y de mis hermanos (si, ya sé que te estarás riendo, pues ellos son mayores que yo, pero ya sabes que tienen muchos pájaros en la cabeza, como dices tú siempre), cuidaré de las perras y hasta de nuestro fantasma familiar, tú madre. Sólo te pido que, cumplas con tu deber, claro; pero que te cuides mucho, que te esperamos aquí, que todavía tenemos que hacer muchas cosas juntos y todavía tengo muchas cosas importantes que contarte y que, tal vez, alguna te sorprenda. Pero ahora no te preocupes de eso. No te preocupes de mí. No te preocupes de nada. Tú trabaja allí desde la ilusión de ayudar, nosotros aquí desde la esperanza de verte pronto regresar.

Ahora, cuando veo que otros tiran de sus huchas, mandan sus ropas o medicinas o lo que buenamente pueden, yo me siento que he colaborado en mayor medida todavía, que he sido más generoso que nadie, mandando a lo que más quiero en este mundo, a mi padre. Y que espero que nadie manipule tu misión ni la usen para criticar al gobierno, pues ya algún hijo de puta ha comparado la descoordinación del país con el estilo ZP. Sé, papá, que lo vais a tener difícil, pues ya están allí los chicos de Obama que os mirarán por encima del hombre. Pero estoy seguro que tú con tu carácter y tu profesionalidad te ganarás a la gente, que llegarás al pueblo llano que habla tu mismo idioma, y que te cuidarás pensando en el amor que dejas en casa y espera desde ya tu vuelta.

¡Ay, papá, como te voy a echar de menos! ¿Con quién voy a ver los partidos de fútbol y con quién voy a discutir de política ahora? Y lo peor es que ni siquiera me queda el consuelo de rezar por ti, pues ya sabes que yo no creo mucho en esas cosas. En fin, papá, nada más. No quiero entretenerte, te amo mucho y quiero que lo sepas dónde quiera que vayas. Besos.

Tu hijo, Iago, aquel idiota que no lloró lo suficiente...”
(Ilustración de Oz)

Y si cuatro dioses hubiera,
a los cuatro rezaría…
a pesar de ser ateo,
una vela les pondría.
Quiero que sepas, papá
¡Qué por ti la vida yo daría…!


A C T U A L I Z A C I Ó N

Mis amigos italianos del blog "Los 3 novios" se han hecho eco de este post y lo han traducido al italiano. En ese idioma mi modesto post ha alcanzado una musicalidad y una belleza que antes no tenía, sin perder ni una gota de emoción... ¡Gracias, caris míos!. Sois muy mamables... ¡los tres!, jajaja Bezos.
"Caro papà. È arrivato il momento che tanto temevo. Quello che la mia mente si rifiutava di ammettere è successo. Ieri ti abbiamo salutato in modo contenuto e perfino quasi allegro per evitare che la paura che, in realtà, sentiamo dentro traboccasse all'esterno. Così come ti aspettavi da noi...."
(Seguir leyendo AQUÍ)

3 comentarios:

  1. Joder!! Si es lo que tenemos algunos, no demostramos suficientemente nuestros sentimientos y luego nos arrepentimos. Más de una vez cuando alguien se nos va de verdad, nos damos cuenta que no le demostramos el cariño necesario, pero bueno, suele pasar.

    Me fastidia leer este post tan tarde, que tengáis suerte y salga todo bien. Desde luego tienes que sentirte orgulloso, de tu padre y de tí. Pocos se atreverían a contar la situación como tú lo hiciste.

    Unha aperta

    ResponderEliminar
  2. Gracias, cari, ya te imaginas como estamos....

    Bezos.

    ResponderEliminar
  3. Que dificil, debe se algo muy fuerte para toda tu familia, hasta para tu abuela que es fantasma.

    Bueno, a la vez debe estar muy orgulloso de tu padre igual que todos los familiares de la gente que se fue con él.

    Yo desde acá te mando un abrazote y espero que todo le vaya bien atu papá.

    ResponderEliminar