jueves, 7 de enero de 2010

LA GABARDINA DEL ABUELO

Yo adoraba a mi abuelo. Mi abuelo me enseñó casi todo lo que yo aprendí de pequeño: a nadar, montar en bicicleta, patinar, leer, dibujar, a distinguir los animales y plantas, a coger minchas entre las rocas y a buscar conchas en la playa traídas por la marea, a fumigar los frutales y recoger la fruta madura, etc. También me inculcó el amor por el fútbol, la tolerancia con los demás y el evitar hablar mal de nadie. Valores físicos y morales de los que hoy aún presumo.

A menudo dormía en su casa, en la que contaba con una habitación para mí sólo. Me llevaba a misa los domingos (eso era lo peor, jajaja) y luego iba con él a tomar el aperitivo antes de quedar con mis amigos, y siempre después de darme una generosa paga semanal. Me regaló un reloj cuando aprobé la secundaria y un coche cuando aprobé la selectividad. Me tenía un cariño especial porque, de alguna manera que se me escapa, creo que conocía que yo era el más frágil y el que necesitaba más cariño de todos mis hermanos. Y yo siempre se lo agradecí hasta el último día, estando a su lado cuando murió.

Ese día mi abuela me regaló algunos recuerdos que aún guardo con cariño. Lo típico: una pluma, un mango de un bastón de plata, cosas así. Pero este verano al entrar en el cobertizo en que él guardaba las herramientas y las novelas de vaqueros de Marcial Lafuente Estefanía que tanto le gustaban, encontré colgada de una vieja punta en una viga algo que enseguida me enamoró. Era una vieja gabardina Burberry auténtica con un diseño muy original, que él usó mucho y que yo después de llevarla a la tintorería he vuelto a usar. Curiosamente no es la típica estilo inglés tan vista por todas partes. No. Es más corta (o yo tengo las piernas más largas, jajaj), tiene unas espectaculares hombreras y lleva cinturón. Yo estoy encantado con ella y no hay sitio al que la lleve que no llame la atención. Y ahora, además, voy a la última.

Es que recientemente he leído dos noticias que me han hecho apreciar más si cabe mi vieja gabardina del abuelo. Una es que el nuevo idolo mundial Robert Pattinson, el actor de la serie Crepúsculo, ha desfilado para esta conocida marca, luciendo la colección Otoño-Invierno 2009/2010 de Burberry Prorsum, y este actor ha sido declarado, además, el hombre más elegante del mundo, desbancando a mi amado Beckham. Y la otra ha sido la visita a España de Scott Schuman, un bloguero fashionista que se ha hecho famoso en el mundo entero hablando en su blog de moda, y hoy es uno de las cien personas más influyentes en el mundo de la moda y el diseño. De hecho el artículo de "EL PAÍS" se llamaba: "Ellos bloguean y la moda tiembla" (algún día tengo que hablar de esto), y que está haciendo un reportaje fotográfico de retratos anónimos con gabardinas de esa marca. Scott, cari, desde aquí me ofrezco para posar, con esta genial, increíble, única y maravillosa gabardina Burberry de mi abuelo, hoy de mi posesión. Y ya puestos ¡sin nada debajo!, jajaja. Creo que mi gabardina, si la pagan bien, incluso podría estar en un futuro Museo Burberry o algo así, sin desmerecer. De momento yo sigo encantado con ella.

Hoy tengo que dar gracias a mi abuelo, una vez más, por ir tan a la page.

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