viernes, 16 de octubre de 2009

HOY RECUERDO A...: “Grampus”

Ahora, cuando llevo ya casi tres años en la blogosfera esta de los webos, ya me siento un veterano y, lo peor, ya empiezo a hablar de “en mis tiempos”, “cuando yo empezaba”, y cosas así. Es decir ya me encuentro a mi mismo contándome batallitas de abuelo bloguereta y empiezo a echar de menos a tantos y tantos blogueros que se pasaban por aquí, por mi blog, y yo por el suyo. Por eso hoy, comienzo esta nueva sección de retrosemblanzas blogueriles. Quiero hacerte ver, que no debes preocuparte, que si escribes un blog bueno, alguien en algún sitio alguna vez, se acordará de ti, y el recuerdo de tus post pervivirá en la memoria colectiva bloguera o dónde carallo quiera que nos encontremos…, jajaja.

Y en este especial ajuste de cuentas con el pasado, voy a hablar sin pelos en la lengua, de los blogs que me gustaban y de los que no, de los que me amaron y de los que me odiaron. Y debería comenzar por el de Iván, aquel chico catalán que me metió el gusanillo entre otras cosas, jajaja, y que al leer mi post llamado “Estrella”, una cursi metáfora casi infantil del Messenger, me dijo la típica frase que todos estamos esperando oír y queriendo creer: “oye, tu escribes bien”. Pero, lamentablemente, Iván ya no tiene el blog. Así que empezaré mis semblanzas blogueras históricas recordatrices por Grampus y su llorado blog “El alambre del funámbulo”.

El blog de Grampus, aunque era tan sencillo que rozaba el ascetismo, sin premios ni pollas, fue el primer blog intelectual que me encontré en la blogosfera. Pero no era como vosotros, ni siquiera como yo; él lo era de verdad, con la ventaja añadida de que se le entendía todo. Para mi ha sido el mejor, no ha habido otro blog igual. Éramos legión los que nos acercábamos cada día a leer lo que Grampus nos proponía, nos tenía a todos locos con sus historias. Generalmente, aunque no siempre puesto que la originalidad era una de sus características, nos narraba un cuento. Un cuento que no sé cómo clasificarlo, decir que eran de miedo sería simplificar. Eran cuentos inquietantemente abiertos, originales pero sin efectismo, terroríficos pero no exentos de ironía, y que aportaban ya una visión de la vida muy personal y propia. Él era, además, un loco del cine, y acérrimo de los Beatles.

Yo bebí de aquellas fuentes, aunque ni de lejos conseguí nunca hacer algo parecido a sus post. Aún recuerdo como me acercaba a aquel blog que reverenciaba temeroso casi de que me descubriera, pues pensaba que un adolescente de 17 años que empezaba ya a escribir chorradas en el suyo, poco podía aportar en aquel blog. Miedo, que aún hoy conservo ante ciertos blogs de relumbrón. Sin embargo, cuando perdí aquel respeto y empecé a comentarle, me encontré con un Grampus muy receptivo, muy amable, y que empezó a apreciar mis comentarios. Eso si, si no me contestaba en el blog, ya pasaba yo un mal día; tanta era mi dependencia. Llegamos a mandarnos algún mail, pero la primera intención de quedar, incluyendo a Las Ruvis y algunos más, quedó finalmente en nada.

No sé ni dónde vivía, creo que en A Coruña. Un inoportuno cambio de trabajo, supongo que para mejorar, y su posterior cambio de domicilio a Madrid, hizo que dejará de postear. Somos muchos los que nos sentimos aún huérfanos en el blog desde aquel día, ¿verdad Forgiven Princess? Yo le escribí algún post dedicado; para mí, uno de los más divertidos que he hecho, imitando la celebre obra de teatro “Cinco horas con Mario” de Miguel Delibes, que por esas fechas estaba yo leyendo para un trabajo en el instituto y que si quieres, claro, puedes leer pinchando en el título, se llamaba “Cinco minutos con Grampus”.

Curiosamente un ocho de diciembre, en su último post denominado "El Asesino", Grampus colgó este video de John Lennon cantando una canción con el evocador nombre de "Come Together", en lo que era un recordatorio del aniversario del asesinato de tan genial artista:

Bueno, Grampus, dónde quiera que estés, que sepas que por aquí hay alguien que sigue suspirando por tus… post, jajaja. Y por favor, no disparen al funámbulo cuando suenen los Beatles, puede que sea mi Grampus. Bezos.

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