martes, 5 de mayo de 2009

MI PUENTE DE MAYO

Supongo que os habrá sorprendido que no haya colgado un post sobre ninguno de los últimos acontecimientos del puente pasado: Día de los Trabajadores, Día de la Comunidad de Madrid y Día de la Madre. Pues el caso es que, como ya expliqué en algunos blogs, he estado ocupado haciendo de anfitrión con tres amigos coruñeses. Parece que mis amigos de allá no tienen otra cosa que hacer que venir a Madrid en los puentes a alejarme de los blogs, jajaja. Lo siento, no he podido comentaros con la intensidad que suelo y la gracia que me caracteriza, jajaja.
Mis tres amigos de la infancia, héteros ya aviso para que no esperéis morbosidad, solo jugamos a ver quién meaba más lejos e hicimos guerra de almohadas en pelotas, jajaja, venían dispuestos a pasarlo bien, a ver lo más posible, a amortizar el viaje. Y a fe que lo han conseguido, aun a costa de dejarme a mí medio muerto. Tres días y tres noches en la que apenas he podido dormir, ni escribir nada ni, mucho menos, leer vuestros blogs. Pues como también dije en algún sitio, los post los puedo dejar programados, pero los comentarios no.

Entre otros muchos sitios fuimos a Faunia. Ahora todo el que viene de fuera quiere ir a Faunia, les parece más pijo que ir al Zoo. Y yo tengo que decir que prefiero el Zoo. Faunia está, como decirlo, mono; pero es más limitado, en plan más didáctico y cultureta, mostrando el supuesto hábitat natural de los bichos allí expuestos. A mí me gusta mucho más el Zoo, como digo, porque al menos siempre puedes llegar a ver como un león se come a un explorador, un hipopótamo aplasta a un misionero o una jirafa derriba un helicóptero, cosas así. Eso sí, me gustó ver en Faunia a los pingüinos, tan parecidos a los humanos. A mí no me engañan, pero yo estoy seguro que los pingüinos no existen, que son enanos disfrazados, aunque no sé de dónde sacan a tantos enanos; igual son simplemente chinos. En cualquier caso todos aquellos animales allí encerrados, fingiéndose felices, me dieron un poquillo de pena. Estoy pensando en montar un Comando Faunia y liberarlos a todos.

También tuve que ir con ellos a esquiar a Xanadú y a la pista de Kars. Es una de las cosas que más les gusta a todos mis amigos que vienen a Madrid: creerse pilotos de Fórmula I. Y yo en todas partes a las que vamos buscando escaleras para fotografiar y mandárselas a Stultifer, ¡hasta en la jungla hay una! jajaja.

Sin olvidar mi ya famoso recorrido -que le hago a todos mis amigos que vienen a Madrid por las tascas más antiguas: Casa Labra, La Ardosa, La taberna de Antonio Sánchez y la de Ángel Sierra - esta sí, en la plaza de Chueca, y es que me gusta ver la cara que ponen mis amigos héteros viendo a dos tíos besándose; es mi pequeña maldad, jajaaj-. ¿En fin, y qué decir de las noches? Entre Pachá y “la” Goa. Toda la noche bailando. Cómo digo yo siempre, ¿Vacaciones…? los cojones, ¡yo prefiero ir a clase!, jajaja. Pero vamos, no hay que preocuparse, ya estoy aquí, dispuesto a seguir dando porculo un rato. Mis mismas tonterías de siempre con la gracia de nunca.

Bezos.

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