viernes, 1 de mayo de 2009

ESTO YA NO HAY DIOS QUE LO AGUANTE

Bueno, yo no puedo más, en serio, no sé que hacer, estoy desesperado. No sé si largarme de casa o echarlos a todos. Es que me tiene harto, con tanto viaje al pasado y tanta polla.

Y es que paso por tener que tragarme esa serie que se llama Cuéntame, que aún tiene un pase, porque además sale un pavo que veo por frecuencia por Chueca y que está más guapo en persona que en la tele, lo que ya es raro. Ya me sé todo sobre aquellos años del franquismo y de la transición. Pero ahora, además, hay otra serie que parece que está teniendo cierto éxito y que se llama La chica de ayer, creo. Y trata – el argumento original no es, porque esto ya le pasó a uno en esa otra serie de la tele digital que se llama 7 vidas, sin contar al de la peli de retorno al pasado- de un tío que se duerme y cuando se despierta aparece como veinticinco años antes. Pero, vamos, no va por ahí mi queja. A mi me la sopla, mira, cada uno que vaya donde quiera…, siempre que no de el coñazo contándolo, y pague su billete.

No, mi problema es más grave. Es que en la primera hay un pseudo programa musical en que recuerdan las canciones de otros años –a mi me parecen siglos, mas bien- y enfrentan a unas décadas con otras, como si ello fuera posible. Así de repente hacen como una competición entre los sesenta y los ochenta ¡Para qué quieres más! El otro día ya por poco me suicido directamente. No es que mi abuela se pusiera a cantar, con otro fantasma como ella que salía allí, algo así como “…Reloj no marques las horas…, reloj detén tu camino, porque mi vida se apaga” Que como digo yo, coño, abuela, sigue tu camino, joer, a dónde quiera que te lleve, pero no detengas el tiempo aún encima. Me dieron ganas de decirle que su vida ya se había apagado hace unos años, pero me parecía una broma un poco cruel para un fantasma, la verdad; igual ella no lo sabe y le sienta mal. Yo veo que a esta abuela fantasma no me la quito de encima. Pero con todo eso no fue lo peor. Lo peor, lo que me tiene realmente espantado, lo que por poco me lleva a la tumba a mi, fue ver a mi madre cantando algo así como “otro vacho de chevecha que che chuve a la chabeza…, anda chaval, chube, chibe, otro vacho de chevecha” haciéndose la moderna, y bailando por el salón, mientras me miraba picarona como diciéndome que en mi época si que sabíamos divertirnos… ¿con la cabecha? ¿con la cheveza? ¿Pero esto qué carallo es? Es un tormento. Yo dimito, yo no quiero una madre y una abuela fantasma que se hacen las modernas y me dicen que eso si que era música y no esas “mariconadas” que escuchas tú, que además yo creo que es una indirecta. Yo quiero unas tradicionales, como las de todo el mundo. Y si van al pasado y tan bien se lo pasan, que se queden allí, joer; pero en el presente, lo que se dice en el presente, solo hacen el ridículo.

¿La Memoria Histórica era ésto? Pues yo lo siento, pero ya cheira. Tanto pasado ya no hay quién lo aguante.

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