viernes, 9 de enero de 2009

DE LA CLIMATOLOGÍA Y DE LOS LIBROS

Foto: José Antoral del Blog: "No te lo crees"

Hoy ha sido un día especial y distinto, imposible no hacer referencia a la nevada que ha caído. Salí de mi casa hacía la ciudad como todos los días. En mi urbanización no hacía especialmente frío y no había ni el típico hielo en los parabrisas de los coches. Sin embargo ya al llegar a la Universitaria y Moncloa pude ver que estaba nevando en Madrid, pero nevando a todo nevar. Y estuvo nevando todo el día por el centro de la ciudad. Pero eso ya lo sabéis. En todos los blogs no se habla de otra cosa, y de lo bonita que es la nieve y del cacao que se montó. Si hasta se congeló Chueca, a pesar de que los gays somos unos calentones, como todo el mundo sabe, jajaja.

Pues no sé si será por eso, pero yo a las ocho de la mañana ya estaba ligando por la calle bajo la nieve (alguna vez leí que los días de lluvia son los más propicios para ligar). Y es que hoy, cuando iba por Princesa, noté la mirada fija de un chico que venía de frente y que en la distancia me pareció interesante. Ya de cerca pude ver que era muy guapo y que seguía mirándome mientras nos cruzábamos; y yo a él, claro. Aún, al sobrepasarnos, los dos nos dimos la vuelta descaradamente, con esas miradas que se adivinan gays y que explican las intenciones sin necesidad de expresarlas. Esas miradas que no necesitan decir nada más. Pero ya nos habíamos alejado un poco, y parecía que todo se iba a quedar en ese juego, cuando me murmuró más que gritó un ¿quieres un café?, que tuve que rechazar con un inequívoco gesto de los ojos y media sonrisa, expresando que no podía entretenerme, y que supongo parecería el tipíco gesto de idiota. Y luego me he arrepentido, puesto que lo que tenía que hacer tampoco era tan importante ni inaplazable, pero en estos casos siempre me quedo un poco cortado, sin saber reaccionar rápido, me corta ligar en la calle y no soy capaz de cambiar de planes sobre la marcha. Soy como un toro, voy a tiro fijo y me trastorna todo lo que sean improvisaciones. En fin, el caso es que tiene pinta de hacer siempre el mismo recorrido, y por su paso decidido parece indicar que no estaba por allí de casualidad, deambulando. Creo que aceptaré ese café el lunes si lo vuelvo a ver y mi invita, claro, jajaja. Ya veremos.
En otro orden de coas, decir que ya me he acabado el libro que me habían regalado los reyes. El libro era “La sombra del viento” de Carlos Ruiz Zafón. Ya sé, antes de que lo digáis, que tiene unos años y que fue un éxito en su momento y que ha salido recientemente otro del mismo autor (Forgiven ya lo tiene, jajaja). Pues por eso mismo no lo leí en su momento. Porque a veces me dan manías con los títulos que lee todo el mundo; aunque luego, a toro pasado no puedo resistir la tentación de leerlos. El caso es que, sabiéndolo, mi amiga Mabel me lo regaló, estaba empeñada en que lo leyera. Y me ha encantado. Me lo he devorado en 2 días y ¡sin dejar de bloguear, eh! Jajaja. Sacándole horas al sueño. Bueno, puede que no sea una obra maestra, pero desde luego mantiene el interés y toda la trama está muy bien urdida. A mi me gustan mucho las novelas que tratan de los propios libros y uno de las novelas que mas me ha gustado en mis años de lector – que no son tantos, lógicamente- fue “El nombre de la rosa”. Libros sobre libros, bibliotecas, etc., es un tema que me encanta, porque una de mis angustias cuando empecé a leer era cómo iba a poder leer en una sola vida todos los libros del mundo. Yo soñaba con una biblioteca como la de Alejandría, llena de volúmenes que yo habría leído todos y aún así me faltaría uno, ese, el libro que contuviera a todos los libros..., jajaja.

Y como aún tengo dinero de reyes y para demostrar que no me lo gasto todo en copas, botellones, calvineskleines y condones me he comprado, entonces, otro libro. Porque a mi cuando me da por la lectura me da fuerte y ahora estoy lanzado. Y tampoco me voy a convertir en intelectual por leer dos libros, digo yo; que todavía no le ha pasado a nadie que se sepa, jajaja. Como tampoco tengo tanto criterio ni estoy al tanto de las novedades me he fíado de una lista que salió en EL PAÍS de la semana pasada sobre “los libros del año” (Ya, ya sé que esto es contradictorio con lo que dije antes, peo ¿qué quereís? soy contradictorio, veinte años de contradicciones). Bueno, lo importante es que venía recomendado “Todos los cuentos” de Cristina Fernández Cubas. Me ha apetecido, y más ahora que tengo tanta nuevas amigas blogueras y buenas escritoras: Martikka, Conxa, Caminante, Lola Meriné, Arwen, Amaterasu, Menda, Bira, Merche, Eria, o mi nueva amiga cubana Jaqueline, entre otras y sólo por citar alguna. Ya os contaré. El libro estaba agotado en dos librerias, claro; basta que lo recomiende el periódico para que lo compremos todos como borregos, yo el primero. Y la cosa tuvo gracia, porque yo no me acordaba del nombre y pedía "Cuentos completos" de Isabel Fernández Cuevas y no había manera de que apareciera. Menos mal que acerté en lo de Fernández, jajaja.
Pero lo coñero del día fue que ya había gente – hasta tres personas según una dependienta de FNAC– que habían ido hoy preguntando por la novela ganadora del último Premio Nadal que se ha fallado hace tres días. ¡Maruja Torres, te vas a forrar! Verás. A mi Maruja Torres me cae bien, pero mi padre la odia. Cuándo se pelea con mi madre se lo llama: marujatorres, que eres una marujatorres, le dice. No sé si por rebelde, por libre, por feminista o porqué, porque por fea no será, jajaja. En fin, Maruja ha escrito una novela en la que habla de hacer pandilla con dos difuntos: Vázquez Montalbán y Terenci Moix. Yo le he preguntado a mi abuela, la fantasma, y me dice que a Vázquez Montalbán si lo ve alguna vez, por el otro mundo, metido siempre en la cocina, y eso. Y que Terenci Moix, siempre está en el cine viendo películas de “seres humanos” dice ella. Pero que a Maruja Torres nunca la ha visto por allí. No sé, porque de mi abuela no te puedes fiar, aparte de fantasma, tiene muy mala memoria para las caras.

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