lunes, 10 de septiembre de 2007

EL MURO DE LA INTRANSIGENCIA

Llevo unos días mal, he estado a punto de dejar el blog (ya sé que es no es la primera vez que lo anuncio pero, en fin, de eso se trata ¿no? de ir aquí contando nuestro día a día). El caso es que una serie de chocantes comentarios en mi blog y una situación personal algo confusa con incidentes que están marcando el fin del verano, me hicieron pensar seriamente en mandar todo a tomar polo.

Escribir un blog puede ser agradable, pero quita muchos esfuerzos y mucho tiempo para hacer otras cosas, por ello no quiero continuar si me deja de divertir el hacerlo. Y para estar aquí dando explicaciones, defendiendo mis ideas, contando mis chorradas a gente que me critica luego pues no sé si vale la pena.

Pero hoy he decidido seguir, después de ver ayer a esa pobre alcaldesa del PP que tuvo que ir a la misa mayor de las fiestas del pueblo con escolta (aunque yo no comulgue con sus ideas y menos “comulgo” con la iglesia) y la bomba colocada en Logroño (patria chica del más furibundo de mis críticos; ¡lo siento, chico! Espero que todo el mundo esté bien en tu ciudad a estas horas que parece que ha podido ser controlado) que me ha llegado a acusar de mafioso por ver en su IP que esa era su ciudad, pero como podrá comprender soy completamente ajeno a ese lamentable suceso y, es más, lo condeno sin paliativos. Creo que los mafiosos son otros y todos sabemos quiénes son.

Lamentablemente son más cada día los muros que levantamos entre todos con nuestra intransigencia, como este muro que se está levantando para separar más a judíos y palestinos.

Yo odio la intransigencia, odio el insulto gratuito, y desde luego odio la violencia para defender tus posturas, sean estás legítimas o no. Por eso no he limitado nunca la libertad de expresión en mi blog, no he censurado ningún comentario ni he borrado ninguna IP, aunque algunas veces me he quedado con las ganas. Solo he respondido dos veces a alguna provocación en estos nueve meses y, desde luego, ya me he arrepentido.
Así que visto lo visto, he decidido seguir. Pese a quién pese, me critiquen lo que me critiquen. Tienen razón los que me dicen que este es mi blog, que guste o no guste yo pongo en él lo que me da la gana, y que tengo que aprender a recibir las críticas, aún las más gratuitas e injustas, con una sonrisa.

Además, comentarios recientes han venido a darme ánimo en los momentos que más lo necesitaba. Son comentarios anónimos, ajenos a los lectores diarios (de vosotros ya supongo ese cariño).

Alguien que dice ser profesor me ha escrito un mail diciéndome esto, que me ha llenado de orgullo:

“No lo leo todos los días, ni tan solo desde el principio de su historia, pero últimamente lo he leído de vez en cuando, o más bien lo he ojeado. Me he detenido en los pots más "personales", en los que hablas de tu familia, de tu tierra, de tus reflexiones, y la verdad es que me ha sorprendido mucho la profundidad de tus frases, la ironía fina, la inteligencia subyacente y la cultura que destila cada post. Y he de decirte que al menos en tu blog se aprende y mucho.”

Y un comentarista anónimo me ha puesto esto en mi otro blog:

Felicidades por el blog, muy entretenido. Una buena mezcla de llutiubs y pinceladas de tu vida (y la de Manuela, que me hizo reír mucho). Y es un alivio encontrarse con algo bien escrito, vistos los juntaletras que pululan por ahí.”

Sin contar el comentario de Tatojimi en mi post anterior “Testamento”. Aunque muy equivocado en muchas de sus suposiciones, sólo por un comentario así merecería la pena tener este blog abierto. Desde aquí te lo digo Tato, eres grandioso, desde luego tu sabes que mi blog estará siempre abierto a todo lo que quieras escribir ya que no decides tener uno propio. Pero el mundo merece tu voz.

Así que lo siento, pero toca seguir aguantándome. Bezos a todos (incluidos a los que mis bezos les repatean).

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