jueves, 12 de noviembre de 2009

¡ME CAGO EN EL AMOR!

Y él ha vuelto. No por casualidad. La humanidad lo esperaba y solo yo reconocería sus señales. Sabía que volvería, y esas señales de su regreso ya eran inequívocas. Estaba cerca y yo ya podía percibir su vuelta. Un extraño olor ácido se estaba empezando a extender por todas partes. Si, esa fue la primera señal, sin duda. No ese insufrible olor a azufre, no. Ese olor está reservado al hijo de la bestia. Es otra cosa: una mezcla de canela, almizcle, sulfúrico e incienso. Es el olor del culo cuando está limpio, el olor de una buena polla después de echar un polvo. Olores así.

Luego percibí alguna señales visuales sueltas pero igualmente inequívocas. Algunas marcas misteriosas en paredes perdidas que solo él y yo conocemos y visitamos. Marcas extrañas que nadie más puede entender, apenas unas pequeñas sombras negras como cagadas de ratas, grafitis imposibles en las paredes más asquerosamente selectas. Percibí algunas otras invisibles a los ojos de los hombres, marcas de agua pesada, 666 escritos en el aire, las marcas del genio. Pude desentrañarlas fácilmente. Al fin y al cabo yo era el elegido, yo era el profeta, yo debería anunciar al mundo su nueva llegada…

Y vinieron luego señales acústicas, aquellas señales que tantas veces había escuchado, gritos de guerra, aullidos de desesperación, gemidos de placer… Era su voz y yo ya estaba seguro. Era su voz y todas las voces. Por un momento, en el mismo instante, la tierra dejó de girar en su eje, el universo paró su eterna e inútil expansión hacia ninguna parte, hasta los ángeles y demonios olvidaron sus rencillas y dejaron de atronar con sus estúpidas trompetas para lanzar su famoso grito de guerra. Humanos, infrahumanos no-humanos, anti-humanos, todos los malditos sobre la tierra, todos los habitantes de los abismos marinos y de lo submundos desconocidos e interiores, hasta los que solo habitan en las más alienadas mentes del último loco sobre la tierra, gritaron al mismo tiempo, en el mismo instante, su alarido eterno…. ¡molaaaaaaaaaaaaaaaaa!

Canalla ha vuelto. Está aquí de nuevo el único genio vivo que conozco. El hijo de los hombres, el último maldito, el rey de los blogs… De nuevo se ha reencarnado entre nosotros, ahora sabe inglés, y yo… ¡Me cago en el amor!

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