miércoles, 3 de septiembre de 2008

Y TONI HILTON SE FUE DE VACACIONES...

No estaba autorizado a hacer estar revelación, pero no puedo ocultarlo por más tiempo. Ser el único que guarda su secreto; un secreto tan perseguido por la prensa rosa se me hace insoportable. Toni Hilton, de los Hilton de toda la vida, como los glamurosos que frecuenta y disecciona, se ha ido de vacaciones a un punto desconocido. Unas vacaciones de lujo de las que vendrá renovado, más inspirado y agudo que antes; más relajado. Un hombre nuevo.

Toni Hilton, es quizás uno de los mejores blogueros de la blogosfera, pero el más incomprendido. Tan incomprendido que apenas Shysh y yo leemos sus post plétoricos de vida. Observador de la realidad, sus diálogos auténticos son presentados sin contemplaciones con agudas reflexiones para otra manera de vivir, siempre en el filo de la navaja. Toni Hilton, es de todo menos convencional. Mi devoción y su amistad son tan entrañables como incomprensibles, pues nadie hay más distinto de mi que el propio Toni Hilton. El es un glamoroso observador de la decadencia barcelonesa de gama alta. Yo, un pobre observador despistado, con los calvinklein por fuera, de la gaycidad pelín provinciana de nuestra capital. Un friki frente a un glamboy.

Yo leo a Toni Hilton, desde que me lo hizo notar mi primer novio, el que me metió el gusanillo de los blogs. Reconozco que al principio me costaba leer sus post tan rosas y glamurosos como neorrealistas. La vida barriobajera pasada por Hello Kitty. Y él no me aguantaba. No podía soportar aquel renacuajo suelto de lengua que quería comerse el mundo y que se llevaba, incomprensiblemente, todos los comentarios. Una vez imité un post a su estilo (leer aquí), fue un bombazo, ni él logró entenderlo del todo. Desde entonces no hemos dejado de leernos ni un día. Yo he sido fiel a Toni Hilton, sin contemplaciones, sin necesidad de exigencias, gratuitamente, sin esperar recompensas. Por su parte Toni Hilton poco a poco ha ido ganándose mi amistad, pasó de no poder verme a idolatrarme, a sufrir ante mis propias infravaloraciones. Cree en mí, como yo creo en él. Y yo creo en él firmemente, creo que si quisiera podía ser el nuevo Wilde, el nuevo Genet, el nuevo Leavitt; el único capaz de crear la gran novela maldita del siglo XXI.

Cuando hace casi un año, un grupo de blogueros de Chueca.com, - algunos aún se mueven por aquel maldito portal-, entablaron una guerra que todos perdimos, basada en mentiras sin pruebas; envidiosos de otros éxitos y ansiosos de comer pollas a las que no tenían derecho, bajo absurdos nombres anónimos que algunos todavía usan poniendo, sin embargo, en duda el mío, Toni Hilton, no aceptó el chantaje que le presentaron de elegir entre unos u otros. Y se puso sin dudarlo de parte de la lógica y de la justicia. Desde entonces somos inseparables. Y ahora se ha ido, llevándose su blog. Para despedirse ha creado un blog solo para decirme adiós (ver aquí). ¿No es conmovedor? Yo le debía este post.

Hoy Toni Hilton, disfruta de unas vacaciones impagadas e impagables, unas vacaciones de las que volverá sin duda renacido, unas vacaciones necesarias que le renovaran por dentro y por fuera, de las que volverá después de expulsar todos sus demonios. Yo solo tenía algo que ofrecerle en esos momentos: mi teléfono, para que en el momento que el quisiera, poner fin a esas vacaciones. El teléfono no ha sonado, Toni Hilton, de los Hilton de toda la vida, sigue bien.

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