sábado, 6 de septiembre de 2008

DE LA COSA DE LOS PIES...

Pie griego
Ayer llevé a mi abuela a hacerse los pies. Y esto parece fácil pero, sabiendo que mi abuela es una fantasma, hacerle los pies no es tan sencillo. Los fantasmas no se pueden cortar las uñas de los pies fácilmente, como puedes suponer. El callista (¿o debería decir podólogo?) por poco se desmaya al ver aquellos pies deconstruidos, como una tortilla de Ferran Adriá. Los fantasmas es lo que tienen, que no se materializan como nosotros, no te vayas a creer.

El caso es que mi abuela, ya que la he acompañado, me invitó a hacerme los pies yo también. Bueno, fue una experiencia muy enriquecedora. Yo ya tenía ganas de ir a un podólogo desde que leí a alguien en un blog decir que sus pies eran griegos. ¿Cómo serían los míos? Moría de intriga.

Los pies, no sé si lo sabéis, son como una representación en miniatura de todo el cuerpo humano. Los acupuntores lo tienen clarísimo. Todo orgáno tiene un reflejo en el pie. Y el dedo gordo parece que es la cerebro, ¡ya ves, no se va muy desencaminado cuando a alguien se le dice que piensa con los pies! En fin, no en balde yo soy fetichista de los pies, pues si los pies representa todo el cuerpo humano, a mí unos pies de hombre bonitos me dicen mucho y me ponen cachondo. Y más si lleva chanclas hawaianas. Entonces ya me tiro por los suelos. Y en verano lo paso fatal con tantos tíos en chanclas con pies grandes y bonitos. Estoy deseando que vuelva el invierno y se ponga todo el mundo las zapas… Pero ahora que lo recuerdo, también soy fetichista de las zapas, jajaja.

Porque esa es otra, yo sostengo la teoría, no tan disparatada después de lo dicho, de que unos pies grandes con unos dedos largos, indican un buen tamaño de rabo. A partir de ahora compruébalo con tus amantes, siempre que tengas alguno, claro.

Pero volviendo al tema, parece que los pies griegos son esos en los cuales el dedo índice es más largo que el gordo, ya sabes esos que tienen los dedos como percebes. Los míos no son así; en los míos el dedo gordo es el más largo, cómo es lógico, y los otros van en una perfecta disminución, un poquito encogidos. En eso falla mi teoría general sobre rabos, pues mientras mis dedos son un pelín curvo, mi rabo es perfectamente derecho y recto; no se tuerce ni para arriba ni para abajo, ni para derechas ni izquierdas. En todo caso ataca por detrás, jajaja.

El caso es que aprovechando que el callista me metía mano por los pies, haciéndome cosquillitas, aproveché para preguntarle por el nombre del tipo de pies que yo tengo; y la contestación me encantó, ya lo puedo decir: Yo tengo unos pies egipcios. Bueno, no me extraña, los egipcios tenían una alta consideración de la perfección del número aureo, el número de oro, la medida perfecta (¿o eran los griegos?); Bueno no hay más que mirar a las pirámides y su perfección. Así que lo siento, con razón siempre pensé que yo tenía los pies más bonitos del mundo; dónde vas a comparar un pie griego con uno egipcio… Bien es verdad que mis hermanas se ríen de mí, y dicen que tengo unos pies horrorosos, pero yo no paro de mirar los pies de mis futuros cuñados y, si mi teoría es correcta, creo que mis hermanas no se van a divertir mucho…

¿Y tu cómo andas de los pies?

Pie egipcio

No hay comentarios:

Publicar un comentario