domingo, 28 de septiembre de 2008

GODOT ESTUVO AQUÍ

Obra de teatro en un acto, sin entreacto,
para pasar el rato.
Personaje 1, un pobre: - “¿Por favor, tendría unas monedas para poder comer algo?”

Personaje 2, Godot: - “Mira, voy a hacer algo mejor, te voy a explicar que esa no es una manera de pedir. No tienes ni idea. La frase no está bien construida y el mensaje se pierde. Debes de pedir de la manera correcta, sino no conseguirás nada. Lo importante en una comunicación es que el mensaje sea claro y no se disperse. Lo dice la Semiótica, lo sabe todo el mundo. En tu petición no queda claro si el que tiene que comer algo eres tú o soy yo. Yo puedo tener unas monedas para comer yo, y ¿qué? ¿qué ganarías tú con ello?

Porque yo puedo tener unas monedas, pero no quiero comer puesto que ya comí y puedo pensar entonces que son para ti, ¿pero qué monedas? ¿qué tipo de divisas aceptas? No entiendes que te puedo dar unas monedas chinas o japonesas con las que difícilmente comerías. Tendrías que ir a un banco a cambiarlas y perderías parte de las ganancias en comisiones. ¿Podrías comer con esas monedas? No. También puedo darte unas monedas, pero ¿cuántas? ¿Cuántas tienes tú ya, y a cuántos has pedido? ¿Cuánto te falta? ¿Por qué te voy a dar más monedas de las que te hacen falta, si pides para comer algo? Igual te doy de más.

Además ¿Qué quieres comer, el plato del día o un menú caro? Igual quieres comer marisco y eso no sería ético. Tendrías que pedir más de lo que yo te podría dar, o tendrías que devolver todo, pues a la gente le da como grima que un pobre coma marisco; o puede incluso que no te dejan entrar en la marisquería. Puede que no tengas dientes para comer marisco y entonces te hace falta dinero para arreglar antes los dientes. Entonces la cantidad que yo te pudo dar no te arregla nada, desde luego no te va a llegar para un odontólogo. Incluso puede que comas demasiado si juntas mucho dinero y te siente mal tanta comida; luego te dolerá el estómago y a lo mejor tienes que devolver lo comido, con lo cual darte a ti unas monedas sería como tirarlo por un sumidero. O, lo que es más grave, tendríamos los viandantes que abonarte la factura del médico o de un hospital, puesto que hemos sido los culpables de que tu hayas comido y te haya sentado todo tan mal, y todo porque te hemos dado demasiadas monedas ingenua y alegremente ¿entiendes? Deberías comer ordenadamente para no arriesgar tu salud y nuestros bolsillos. Los pobres sois unos recalcitrantes, no os dejáis ayudar. Me has metido en un compromiso, pero es mejor salvar a un banco mundial en crisis, que darte a ti una limosna, como comprenderás, con darte unas monedas a ti no se arregla el mundo.

Tu petición tendría que tener otra estructura gramatical y ser más correcta. Seguramente pedirías mejor y tu petición sería más eficiente y más productiva. La productividad es importante, lo dicen todos los economistas. Y los economistas no se van a equivocar. No te compensa estar aquí 12 horas pidiendo si no consigues la meta que te has propuesto. Tu rendimiento personal al final se resiente y eso puede llevarte a la depresión. Fíjate que panorama: ahora además de pobre, deprimido. La manera correcta de realizar tu petición debería ser: “Amable caballero, ¿puede usted atenderme, por favor: Le sobrarían a usted unas pocas monedas de curso legal no mayores que un euro pero algo mas de 10 céntimos, que me permitan a mi conseguir una cantidad justa con la que pagar una modesta comida propia de mi condición de desheredado y paria del mundo, evitando el escándalo público de comer más de lo que en justicia me corresponde, sin que ello vaya en perjuicio de la banca internacional?” ¿Ves? En vez de regalar un pescado al hambriento es mejor enseñarle a pescar. No has tenido oportunidades, pues te jodes; pero has tenido la suerte de encontrarte conmigo.

Y además, no tengo ninguna moneda para darte. ¡Lo siento!"

No hay comentarios:

Publicar un comentario