miércoles, 26 de noviembre de 2008

MI POST 1.000

O lo que es lo mismo, mis mil post.

Este mes de noviembre está siendo muy “celebratriz” para mí, jajaja. No solo he cumplido 20 años, y aún recuerdo emocionado lo generosos que fuisteis en vuestro cariño y regalos, sino que hoy estoy de “milpostiño” jajaa (Estoy que me salgo inventando palabros, eh). Y ahora viene la parte rollo, si quieres te la puedes saltar puesto que es un ejercicio de nostálgico thiaguismo.

Hace dos años, que animando por el que en aquel entonces era mi amor, Iván, empecé el blog puesto que a él le gustó mucho un escrito bastante infantil que tenía colgado en el Myspace. Es el famoso “Estrella” que al menos sirvió para que Bira se lanzara a escribir también su blog. De una estrella a otra.

Yo me ofrecía a la Blogosfera en aquel entonces como alguien dispuesto a “vender su cuerpo de dieciocho años”. Pues bien, en estos dos años apenas tuve una oferta interesante. Y ahora con la crisis y con veinte ya no las espero mejores. ¡Y ya no me pienso vender de saldo!, jajaja. El caso es que creo que no solo no he vendido mi cuerpo, sino que tampoco he hipotecado mi mente, y si bien hoy me encuentro más maduro e igual de solo, creo que al menos sigo fiel a mí mismo y un poco más comprometido y libre pero no lo suficiente, porque tampoco nadie ha querido comprar mi pluma, eso quiere decir que no he conseguido molestar a nadie, si no ya me hubieran tentado con alguna jugosa oferta, jajaja.

No puedo dejar de pensar en los maravillosos momentos que he pasado en el blog. Nadie ajeno a este veneno que llevamos los blogueros dentro puede entender la alegría que nos produce un comentario de algún amigo fiel o, todavía más si cabe, de algún nuevo lector. Cada nuevo visitante o comentarista es una promesa de un nuevo genio al que leer, de un nuevo amigo, de un nuevo amor o, para muchos, de un nuevo polvo. Yo los visito a todos con la misma ilusión del primer día, presto a descubrir un nuevo prodigio, pues me maravilla lo que la gente es capaz de escribir, y a todos envidio en su inspiración.

Creo que he sido afortunado, la gente me ha cogido cariño y, para mí, incomprensiblemente, tengo muchos lectores; tengo lo que dice Canalla (no sin ironía): “un bonito blog de éxito”. Pero también he pasado lo mío, cuando unos impresentables, amparando su identidad en el anonimato y con unos absurdos nombre ellos mismos, negaron hasta mi nombre, pretendiendo desvelar la mía; solo porque no cedí a sus chantajes. ¡Cómo si eso importase! Cómo si fuese posible que yo no fuera yo. Yo estoy en cada palabra de este blog y este blog soy yo. Y todo ello vino justo de quién menos lo esperaría: gays que hasta el momento solo me hacían la pelota. Pero los buenos momentos han ganado sin duda por goleada a los malos y creo que spam y trolls me han respetado bastante.

Creo que he aportado algo de humor y cariño, no siempre bien entendido, porque llamar a todo el mundo cari, y repartir bezos a mansalva me ha puesto en el disparadero de algunos para llamarme poco menos que puta, pero yo tengo la conciencia tranquila. A nadie he molestado conscientemente, y a nadie he acosado ni pedido nada ilícito; a pesar de que con algunos, como es lógico, no he conseguido entenderme. Y, como ya dije, alguna vez, hoy sé que no se puede agradar a todo el mundo.

Quiero hoy recordar a algunos blogueros de aquellas primeras épocas de Chueca.com en dónde llegué a ser el segundo blog más leído, y que si bien algunos ya no postean, y con otros ya no nos visitamos con la misma frecuencia, no puedo dejar de recordar con cariño: Pau, Juanan, Giovagris, Fran, Amanuense, Marcos, Las ruvis, Grampus, Shysh, el propio Iván, Rebel, Canalla, Víbora, Toni, Sonia como comentarista,… y otros de los que me estoy olvidando ahora seguro, que me distinguieron con su cariño y amistad; y que siempre, siempre, tendrán un lugar en mi corazón.

Hoy sois tantos los que quiero y aprecio que no me arriesgo a citaros a todos, lo siento; que no os parezca mal. Eso sí, quiero dejar un recuerdo hoy para Carlos Becerra, ese generoso bloguero que se repone de su enfermedad. Y aunque unos lectores van pasando, aburridos quizá de mis tonterías, otros nuevos llegan siempre para animarme a seguir. Cada vez que me siento decaer, un nuevo comentarista me anima a seguir con una frase sencilla pero contundente, de esas que te llegan, una sencilla frase de “sigue adelante”, o “me gusta lo que haces”… Eso me sigue emocionando como el primer día. Ahora todo el mundo sabe lo mucho que me gusta que me citen, que hablen de mí, inspirar post, las disputas a través del blog, los premios, todo eso os hace más y más cercanos y queridos.

Y como aportaciones a la historia de la blogosfera ahí dejo tres blogs: “El blog que Thiago”, “Los chicos de Ben Ami” y “Cagarrutiblog”, a mi abuela fantasma y a Feliciano Teixeiro, una filosofía plateada y una religión, y un rabo de 19 centímetros, jajaja. Alguna vez todo ello se estudiará en la Universidad Bloguerística, seguramente, jajaja. Y tengo que reconocer lo equivocado que estaba cuando pensaba que el público venía a mi blog para, desde aquí, pasar al otro de chulazos. Ahora con este invento de Blogger de los seguidores, me he dado cuenta de que no es así, ¡gracias!

Solo me voy a permitir hoy dos momentos de puro Thiagocentrismo: Si tengo que destacar uno de mis post, yo destacaría por encima de todos “Amor de blog”. Y he sido muy feliz, cuando alguien me ha dedicado un post, un bonito comentario, una canción, una caricatura o incluso un meme, pero si algo me llenó de una felicidad próxima al orgasmo fue, de todo lo que recibí, un poema que me hizo otro bloguero. Justo yo que soy negado para la poesía aún me conmuevo cuando la leo, cuando la releo, cuando la memorizo. Ahí la dejo. Bezos a todos.

“...que me arranque el corazón

Si no puedo tenerte,
Si no puedo tocar tu piel,
Si el último rayo del día,
No puede morir en tu pecho,
Para despertar en mis labios.

Si tus mejillas no serán mi cárcel,
Ni tus manos recorriéndome mi carcelero,
Si no puedo morirme en tus brazos,
Ni tan sólo oler la mañana en tu pelo.

Si mi sonrisa no brillará nunca,
En las estrellas que por ojos te regalaron,
Si mi palabra no puede hundirse en tu alma,
Y revolcarse en lo que creíste saber o haber aprendido.

Si mi amor no vale más que una piedra en el camino,
Si la vida se ha roto y la noche se inca en mi sinrazón,
Si mis versos no viajan a mecerse en tus suspiros,
¿Que puedo pedirle yo a la vida sino que me arranque el corazón?

Y el otoño te traerá de nuevo,
Para dejarte marchar al nacer el nuevo día,
Y con tus “te quieros” todavía balanceándose,
Partirás de mi vida para volver a tu ironía.

Y en el brillo moribundo de la espuma,
Que se arroja y se marchita en el filo de la vida,
Y en el barranco que se abre y me inunda,
Y en el llanto, y en la risa, y en la muerte y en la vida,
Moriré viviendo, para que tú puedas seguir huyendo”

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