jueves, 22 de mayo de 2008

LA CALCETA

Mi abuela, la fantasma, está que trina. Se ha pasado una año entero calcetando para su primer bisnieto, muy ilusionada. Ha calcetado toda su otra vida y ahora, de fantasma, sigue calcetando. Calceta de maravilla. Primorosos abriguitos, capotas haciendo juego, patucos en lana de todos los colores con pequeños lazos de raso por todas partes, se amontonaron en su cuarto durante la gestación del bebé de mi primo.

Pero, cuando llegó el momento de regalárselos, mi primo le dijo que a donde iba con eso, que eran una antiguallada y una cursilada; que eso ya no se llevaba y que él no pensaba vestir así a su hijo, como si fuera un muñeco de plástico; y que él lo quería llevar moderno. Si mi abuela no llega a estar muerta, se nos queda allí mismo del patatús que le dió. Es que mi abuela oye la palabra moderno y le dan sarpullidos.

Cuando mi primo le dijo además que quería ponerle al niño León de nombre, creí que tendría que hacerle el boca a boca, porque pareció que dejara de respirar. Y hacerle la respiración artificial a un fantasma no es moco de pavo, os lo advierto; sobre todo si conserva todos sus dientes postizos y tiene dos colmillos así en forma puntiaguada…

Al terminar la visita al crío, se vino conmigo en el coche, y no paro de desbarrar: que a los niños pequeños hay que vestirlos de niños pequeños, y llevarlos en coche góndola y no en esos artilugios modernos que parecen naves marcianas; que vaya modas, que con eso de vestir a los bebés con pantalones vaqueros y pichis de pana – marrones, añadió- pasa lo que pasa y que así luego les “pica el chocho”. Yo no sé donde aprende mi abuela esas expresiones, la verdad. No creo que en el otro mundo se hable de esa manera, y así se lo dije. Pero ella me contestó que lo que lo a mi me pareciera “le chupaba un pie”.

Finalmente me dijo, y esto me ha hecho pensar que mi abuela igual no es consciente de su situación y, lo que es peor, que sabe lo mío, que para este feo que le había hecho mi primo “más me valía estar muerta”. Yo, para contentarla, le dije que no se preocupara, que guardara aquellos preciosos abriguitos para mis futu… “Mira, Iago” – me interrumpió- “yo puedo estar muerta, pero tonta todavía no”. No sé qué quiso decirme con eso.

Y hablando de fantasmas, ¿y Aznar? Pues sigue sin dimitir…


Comentarista Plateado del día: CálidaSirena

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