miércoles, 16 de abril de 2008

DIOSES

Aparecieron un día sin que nadie supiera quién los había colocado allí. Eran enormes. Aquellos cuatro monstruos dominaban ahora todo el paisaje. Para algunos los habrían construido unos desconocidos dioses venidos de otra galaxia; para otros eran ellos los mismos dioses.

Su presencia atraía y aterrorizaba a los pobladores al mismo tiempo. De noche apenas se podían ver unas misteriosas luces pero nadie osaba acercarse. Y se oían unos extraños ruidos que no presagiaban nada bueno. Sólo al amanecer, cuando el sol aparecía de manera mágica entre aquellos cuatro gigantescos monolitos, con una precisión que indicaba algo más que un capricho en su colocación, algunos nos atrevíamos a aproximarnos tímidamente e inspeccionar los alrededores.

Fue entonces cuando comprendimos que aquellos monstruos eran quienes iban engullendo poco a poco a los desaparecidos habitantes de las cavernas en que vivíamos, y que sería dentro de sus entrañas dónde todos acabaríamos sin remedio…





Comentarista Plateada del Día: Luna

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