miércoles, 2 de abril de 2008

CARTA A MI PADRE GAY

Querido Papá:

No es fácil empezar está carta para contarte que ahora conozco tu secreto. Secreto que, supongo, ya sabes que comparto: los dos somos gays.

Ha sido duro enterarme así. Verte abrazado a un chico de mi edad en la plaza no es la mejor manera de entender que tu padre comparte tu gusto por los chicos. Bien es verdad que antes ya había notado algunas señales en tu comportamiento. Algunos gestos, algunas actitudes, algunas miradas a otros chicos, esos gestos que solo otros gays notamos y comprendemos.

Bueno, de nada puedo acusarte cuando yo soy gay también, y aunque me ha costado asumirlo y comprender porque yo soy diferente, no puedo reprocharte nada; salvo quizás el que no me hablaras francamente antes, que no te hubieras preocupado por mi sexualidad, que me hubieras tranquilizado en mis momentos de dudas.

Ahora me gustaría saber otras cosas, cómo si has sido siempre gay y te casaste para tapar tu desviación – por usar el lenguaje de tu época- o si ha sido algo sobrevenido después. Entendiéndote a ti, quizás me entendería mejor a mi mismo. En cualquier caso, si que parece que hay una víctima: tu mujer y mi madre. Ella vive, así, engañada, rodeada de sus seres más queridos que le ocultan su condición. ¿Sabes? Espero que yo no tenga que fingir la vida que tú llevas.

Me gustaría preguntarte también, si yo soy producto del amor y del deseo o soy un simple accidente fruto de tus esfuerzos por aparentar lo que no eras. Comprenderás que en este caso no pueda estar especialmente orgulloso. Espero no ser el fruto de ese deseo oculto de muchos gays de ser padres. Creo que ser padre no puede depender de un simple deseo de perpetuarse.

El que tu seas gay, además, me introduce nuevas incertidumbres en mi mente ¿soy gay sin remedio y por simple genética? ¿He heredado tu gaycidad? ¿Lo sería de todas formas o lo soy por azar?.... Ni siquiera sé si debo plantearme estas preguntas. Sé es gay y punto. Nadie se vuelve gay de repente, nadie lo es por vicio, nadie busca serlo. Sea como sea, ser gay es ser.

Bueno, ahora que ya sabes que tu hijo también lo es, puedes plantearte tú la vida que llevas, los fines de tu paternidad y si te compensa seguir viviendo una vida sexual oculta. Reconozco que salir con tu padre a ligar puede tener su morbo, pero espero que no te encuentre por el ambiente y nos disputemos algún trofeo. ¿Serás activo o pasivo? Perdona la pregunta, pero cuesta imaginar a tu padre en esos momentos. En cualquier caso procuraré no traer a mis novios a casa, pues aún te conservas bien, cabronazo.

Besos de tu hijo.

(Esta carta es pura ficción, mi padre es hétero; demasiado, podíamos decir. Solo ha sido una frivolidad inspirada por un blog recomendado por Stultifer “Cuentos para mi hijo gay”, un blog maravilloso por otra parte. Quisiera introducir aquí, de esta manera tan torpe, el debate contrario: ¿Qué pensarías si te enteras que tu padre es gay? Se ruega participar; habrá un consolador madurito y con bigote a los mil mejores comentarios).



Comentarista Plateado del Día: TT du LAC
(Nota: En este post ha habido varios comentaristas de calidad, pero creo que el más implicado ha sido TT. Gracias a todos).

No hay comentarios:

Publicar un comentario