viernes, 24 de abril de 2009

DIA (Y NOCHE) DEL LIBRO

Bueno, como ya sabéis ayer se celebró el Día (y la noche) del libro y yo escribo este post para los que, ingenuamente, pensaron que el poner un post vintage era por falta de inspiración. Pues no, se siente. Lo que pasa es que yo lo estaba celebrándolo también. ¡Ya quemé uno!

El caso es que ese día (y noche), y como corresponde a un país tan civilizado como el nuestro, la décima potencia industrial del mundo, se sacan a las calles unas modernas y bellas librerías virtuales de diseño, como se puede apreciar en la foto, a los que llaman castiza y graciosamente “chiringuitos”. Allí se presentan, primorosamente colocados las últimas novedades de nuestros intelectuales y, si los compras, te lo envuelven lujosamente en papel de regalo. ¡Dios!, es un espectáculo magnifico ver a toda esa gente ansiosa por comprar esas joyas bibliográficas únicas, gastando auténticas fortunas sin miramientos para adquirir ejemplares únicos con los que enriquecer sus bibliotecas. No en balde en este país se lee tanto (la media creo que está en un libro por habitante/año). A veces hay peleas por adquirir un ejemplar deseado, a ostias acaban algunos intelectuales si alguien se les adelanta al elegir el objeto de su deseo. En fin, con frecuencia la gente adquiere las últimas novedades siguiendo los dictados de la moda, pues durante ese año, el libro debe hacer juego con el bolso y la toalla de playa. Hasta la próxima temporada. Este año se llevan mucho los libros rojo sangre.

Pero además, como el día ya parece poco para tantas ganas de comprar libros como tiene el pueblo, y tanta ansia de leer, se ha ampliado la celebración a la noche. Siguiendo la moda actual de “La noche en blanco”, “La noche del teatro” ahora “La noche del libro”… etc. Igual algún día inventan “La noche del polvo” Ese día sí que va a haber tiros, jajaja.

Y es que hay mucha gente que siente vergüenza que le vean comprar un libro a plena luz del día. Y pasearlo y llevarlo suelto aun más. Una persona que lleva un libro de alguna manera ya resulta sospechoso ¿Para qué lo quiere? ¿Qué va a hacer con él? ¿Qué puede aprender en aquel libro? Nunca se sabe. Pasear un libro por la noche, sin embargo, tiene sus ventajas. Puedes darle con él en la cabeza a un chorizo si te atraca y puedes usarlo de tapón si alguien te quiere meter algo en un cuarto oscuro. Es que tener al menos un libro puede ser muy útil, ya ves. Y sobre todo, y aquí quería yo llegar, si ese libro es “Las obras completas de Feliciano Teixeiro, ese tuberculoso”. Como me dijo mi abuela ayer: “Escribir un libro no es tan difícil, cualquier tonto lo hace. Hasta Aznar escribió uno”. Claro que mi abuela es un fantasma, pero cuando habla de otros fantasmas sabe perfectamente lo que dice.
Fotos del autor del post, osea eu.

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