Hoy al abrir el último número de la revista “Odisea” revista gay de distribución gratuita por todo Chueca, lo primero que me llamó la atención no fueron las fotos de los chulazos típicos de siempre, sino en la contraportada el anuncio del libro de nuestro querido Rob del Blog “La verdad sobre Batman y Robin”. Pero no solo eso, sino que en su interior, en la página 12, hay un reportaje, con una breve entrevista incluida, a nuestro héroe.A ver, para mi conocer aunque no sea en el sentido bíblico, claro, sino en el bloguero a un autor de un libro ya famoso me pone cachondo. ¿Que el voy a hacer si soy mitómano? (Bueno además de gay, fetichista y bloguero también, la verdad es que soy un bicho raro, jajaj). Y solo pensar que leo su blog, lo comento y, de vez en cuando, alguien como él, que es capaz de escribir una novela, lee también el mío, me emociona sin remedio. Decir que me cayeron las lágrimas es exagerado, pero me dieron ganas de gritar a todo el mundo que YO conocía al autor del que hablaba aquel reportaje: “Soy Thiago y soy amigo de Roberto Carrasco, chupa del frasco!”
Yo a Robín le debía una crítica de su libro y la voy a hacer. Porque yo me atrevo con todo, y si estoy adquiriendo cierta fama como crítico de teatro, voy a probar suerte en la literaria, jajaja. Y si no lo quise hacerlo antes fue por no desvelar algunos aspectos de su novela, pero ahora que todo dios puede leer la reseña en Odisea ya no me corto más. ¡Allá voy de cabeza!
Pues a mí me encantó. Y esto que parece una simpleza tiene su enjundia. Porque la novela de Robín tiene dos partes bien diferencias, como ya deja entrever el título y una de ellas es bastante brutal. Y quiero decir que me encantó toda, porque me la leí de un tirón, sin poder dejarla ni por un momento, apenas con un breve descanso entre sus dos partes bien diferenciadas para tomarme un bocata de nocilla, una coca-cola y hacerme una paja, jajaja.
Como digo, en la primera parte del libro el relato denominado “Terrible deseo”, la maldad más absoluta se pasea por él, el amor, la sangre, el dolor y el deseo dejan entrever apenas, como a pinceladas, como en un cuadro impresionista un amor tan sublime y enfermizo como morboso y especial. Es un relato donde la bondad no existe y todo se supedita, incluso los placeres más oscuros y mórbidos a la satisfacción de las más primarias necesidades. Sin embargo, entre esas oscuras, morbosas y enfermizas líneas, trasciende un amor tan grande como irracional, tan increíble como, sin embargo, cierto. No digo más.
Sin embargo, Rob, en un giro espectacular, nos narra en la segunda parte de su libro, “Cerrado por inventario” una bella historia de amor al estilo más clásico. Una enternecedora historia que, esta vez sí, me hizo llorar hasta que me dolieron los lagrimales. Porque no es más que la plasmación del ansia que todos tenemos de la obtención del único, verdadero, perdurable a través del tiempo, gran amor de nuestra vida. Y en el libro ese amor triunfa. Rob no nos ahorra ni el final feliz de un perfecto cuento de hadas. Y cierras su libro con la impresión y el sueño de pensar que un gran amor es posible y más, si luchas por él. A pesar de, como en toda novela con intriga, los pequeños detalles (permanecer callado cuando debes hablar, por ejemplo) está a punto de echar al traste una relación tan admirable y bella.
En fin, como me costó 15 euros el libro, al comprar también el de Tomás Ortiz, los doy por bien empleados. Creo que vale la pena adquirirlo y leerlo, recomendarlo e incluso, como he hecho yo, regalarlo a un amigo que te gusta mucho, a ver si se da por aludido. Y me es igual que sea de la primera parte pletórica de morbo para realizar con él actos contra-natura, como para vivir con el susodicho el amor más grande jamás contado. Yo estoy abierto a todo, jajaja. Eso si, ahora estoy todo envidioso de estos dos blogueros a los que quiero, sigo y aprecio y yo quiero escribir "mi" novela también, ¡vamos hombre! A ver si voy a ser yo menos, jajaja.
Así que, como hay dos historias tan distintas, la frase que lleva el libro en portada debería ser, en realidad: "Sólo tengo una vida para amarte, y otra para follarte", jajaja. Bezos.
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