miércoles, 23 de julio de 2008

AYER

Tengo que haceros un reproche a todos los lectores de mi blog. Ayer fuisteis todos muy generosos y mamables en vuestros comentarios, pero pelín hipócritas, y perdonad que os lo diga así crudamente, sin rodeos, jajaja.

Porque aunque los comentarios no es que fueran la bomba eran medianamente elogiosos, pero así como para pasar. Nada especial. Y no me extraña porque el cuento “Por la cara” era una mierda, una cagada, apestaba. ¿Alguien podía decírmelo no?. Pues tuvo que venir uno de fuera, jajaja.

A ver, yo ya sabía que soy incapaz de hacer una poesía medianamente buena; hago ripios. Sé que no soy capaz de escribir un buen diálogo. También sé que no soy capaz de escribir de mi mismo con cierta profundidad, haciendo una introspección de esas que tanto juego dan: estoy triste, estoy solo, estoy desenamorado, etc… Vale, yo tengo que ir tirando con mis mamarraxadas. Pero ahora también sé que no sirvo para escribir cuentos. ¿Para qué coño sirvo como escritor yo? ¿Para escribir post? Pues vaya. A este paso no voy a llegar nunca a intelectual...

Sé que en mi cuento la situación era absurda, el lenguaje arcaico, el desarrollo increíble, la tensión inexistente y la resolución inane. Pero yo estaba tan contento, jajaja. ¿Pero por qué todos fuisteis tan educados conmigo? Y el mío, para colmo se entendía. El domingo, sin ir más lejos, publicaba “El País” una antología de los cuentos presentados a su concurso “relatos en 270 palabras" o algo así. Pues bien, todos eran geniales. No se entendía ninguno. Y a mí me encantaría escribir cuentos así, cuentos que no cuentan nada, que atrapan el tiempo, que no parecen tener ni principio ni fin, sin argumento ni final, cuentos con algo de poesía, cuentos con vida, cuentos que no se entienden. Y ese es mi problema: escribo mal y lo sé y, además, se me entiende. Ahora alguien me lo ha confirmado… ¡pero vosotros no fuisteis capaces! Jajaja.

Tuvo que ser alguien por otro conducto. Bueno, quiero decir por correo electrónico. Alguien me dijo con toda crudeza que muchas gracias por intentarlo, pero que el cuento apestaba...

Y ahora me consumo, porque no sé escribir de las pequeñas cosas como Bira, no sé hacer metáforas como las de Stultifer, ni poesías como las de Mario, no escribo todo en minúsculas como Goldengated (además de escribir como los ángeles, claro); no escribo post tan documentados como los de Carlos Becerra ni políticos como los de Forgiven, ni comprometidos con una causa como los de Ricardo. No soy tan críptico como Paisanito ni tan gracioso como Sandum. No resulto interesante como Matritensis, ni cronista de la realidad como Axioma, no soy un artista como Yeray, un buen dibujante como Oz, o bucólico como D’Agolada. ni escribo de cotilleos y famosos como Cutredivas. Ni resulto tan polémico como Fabio ni tan literario como Mosco. Y si se trata de blog porno es mejor el de Jahh. Y no digamos nada de escribir una novela como Reality Bit. Y esto es sólo por poner algunos ejemplos.

¿Para dónde tiro? Igual me voy de vacaciones y tiro todo, todo… a la basura, o me dedico al rap. Bezos.

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