"Si te quiero es por que sos
mi amor, mi cómplice y todo,
y en la calle codo a codo,
somos mucho más que dos.."
Mario Benedetti
Durante este año y tres meses que llevo blogueando ya me ha pasado de todo. Me han amado e insultado; alabado y criticado; me han elevado a los altares y hundido en la miseria. Hasta amenazas de muerte he tenido. Vamos que ya no soy fácilmente impresionable.
Pero al principio, cuando me tomaba todo muy en serio y un simple comentario negativo me afectaba, lo que peor llevaba es que blogueros con los que simpatizaba, con los que había buen rollito, y a los que disfrutaba leyendo, cerraran el blog. Así cuando Giovagris dejó de postear, mi tristeza fue tan real como si me dejara mi amigo más íntimo. Luego echaron el cierre otros famosos y queridos blogueros como Grampus, en cuya corte de admiradores fui amablemente incluido a pesar de no dar el nivel de intelectual (ni tuberculoso) exigido. A ambos les escribí un post de despedida que se puede leer pinchando en su nombre. Quiero decir con esto que yo soy bastante fiel, que me entrego, que si cojo cariño a un bloguero lo voy a querer siempre, incluso a algunos que me acuchillaron por la espalda.
Con el tiempo, he aprendido a relativizar todo esto. Ya no me entrego tanto ni me afectan los comentarios negativos y anónimos; aunque aprecio los positivos (y los premios, tengo que decir ya de paso, jajaja). A todos sigo llamando “cari” y a todo el mundo reparto mis ya famosos “bezos” sin ser, por ello, un putón verbenero o un “malo malísimo” que enamoro blogueros para después abandonarlos.
Pero si creo que alguien merece un recuerdo en mi mente (y en mi polla, porque no decirlo) es Pau y su blog “vivre sa vie” que se ha despedido.
Aún no puedo entender porque Pau me distinguió con su admiración, amistad y cariño. Pau es un genio, el amo del post moderno y visual. Siempre dije que su blog era una referente, el Rey de Chueca con más de seiscientas mil visitas. Sus post, a veces un simple título y un video, siempre abrían algo nuevo en mi, aunque fueran mis criterios. Cuando yo fui el segundo blog más leído de Chueca.com detrás de Ricci, no tuve empacho en reconocer que había alcanzado ese puesto porque Pau estaba de vacaciones.
Empecé hace tiempo a dejarle algún comentario, admirado de que a pesar de tener tantos lectores, en general le comentaba poco sus post; supongo que todos, igual que yo, se sentían cohibidos ante el maestro. Pero aún así, con cierta impertinencia propia de bloguero joven y que no tenía nada que perder, empecé a comentar en su blog. Pau, hombre más de gestos que de palabras, apenas respondía. Pero sin embargo de vez en cuando me daba las mayores satisfacciones con guiños cómplices que solo yo y el entendíamos. Mensajes surferos, post sencillos pero contundentes y dedicados. O, en un gesto que aún me hace llorar, me colocó como el primero de sus enlaces en plena crisis personal, mostrándome así todo su mudo cariño y apoyo.
Cuando en el décimo aniversario de Chueca.com le preguntaron a Pau cuál era su mejor momento como bloguero, contestó para mi asombro: “cuando un surfeiro (también bloguero durante un tiempo) comentaba alguno de mis post, siempre lograba una sonrisa, hacerme pensar, conmoverme..” ¿no es para correrse de gusto sin tocarse?
Ahora, Pau echa el cierre en su blog y me deja huérfano de su cariño, de su apoyo incondicional, de su amor, de su erotismo, de su morbo, y me deja solo ¿qué mierda de vida voy a vivir sin “vivre sa vie”? Y ahora me siento mal, como cuando se muere esa abuela a la que piensas que no le has dado todos los mimitos que tu cariño te pedía; y siento no haber comentado mas sus post, sabiendo ahora que tanto le gustaban mis pobres comentarios. Espero que este escrito, en el que muestro mi más sincero cariño y admiración le compense de alguna manera por esos comentarios que no le hice y que tan racanamente administré. Ahora se quiere marchar casi en silencio, sin armar estrépito, discreto, como él es...
Pau, no te vayas, no me dejes, escucha este canto de victoria; juntos venceremos siempre, pero aún te necesito a mi lado.
Intérprete: Nacha Guevara
Pero al principio, cuando me tomaba todo muy en serio y un simple comentario negativo me afectaba, lo que peor llevaba es que blogueros con los que simpatizaba, con los que había buen rollito, y a los que disfrutaba leyendo, cerraran el blog. Así cuando Giovagris dejó de postear, mi tristeza fue tan real como si me dejara mi amigo más íntimo. Luego echaron el cierre otros famosos y queridos blogueros como Grampus, en cuya corte de admiradores fui amablemente incluido a pesar de no dar el nivel de intelectual (ni tuberculoso) exigido. A ambos les escribí un post de despedida que se puede leer pinchando en su nombre. Quiero decir con esto que yo soy bastante fiel, que me entrego, que si cojo cariño a un bloguero lo voy a querer siempre, incluso a algunos que me acuchillaron por la espalda.
Con el tiempo, he aprendido a relativizar todo esto. Ya no me entrego tanto ni me afectan los comentarios negativos y anónimos; aunque aprecio los positivos (y los premios, tengo que decir ya de paso, jajaja). A todos sigo llamando “cari” y a todo el mundo reparto mis ya famosos “bezos” sin ser, por ello, un putón verbenero o un “malo malísimo” que enamoro blogueros para después abandonarlos.
Pero si creo que alguien merece un recuerdo en mi mente (y en mi polla, porque no decirlo) es Pau y su blog “vivre sa vie” que se ha despedido.
Aún no puedo entender porque Pau me distinguió con su admiración, amistad y cariño. Pau es un genio, el amo del post moderno y visual. Siempre dije que su blog era una referente, el Rey de Chueca con más de seiscientas mil visitas. Sus post, a veces un simple título y un video, siempre abrían algo nuevo en mi, aunque fueran mis criterios. Cuando yo fui el segundo blog más leído de Chueca.com detrás de Ricci, no tuve empacho en reconocer que había alcanzado ese puesto porque Pau estaba de vacaciones.
Empecé hace tiempo a dejarle algún comentario, admirado de que a pesar de tener tantos lectores, en general le comentaba poco sus post; supongo que todos, igual que yo, se sentían cohibidos ante el maestro. Pero aún así, con cierta impertinencia propia de bloguero joven y que no tenía nada que perder, empecé a comentar en su blog. Pau, hombre más de gestos que de palabras, apenas respondía. Pero sin embargo de vez en cuando me daba las mayores satisfacciones con guiños cómplices que solo yo y el entendíamos. Mensajes surferos, post sencillos pero contundentes y dedicados. O, en un gesto que aún me hace llorar, me colocó como el primero de sus enlaces en plena crisis personal, mostrándome así todo su mudo cariño y apoyo.
Cuando en el décimo aniversario de Chueca.com le preguntaron a Pau cuál era su mejor momento como bloguero, contestó para mi asombro: “cuando un surfeiro (también bloguero durante un tiempo) comentaba alguno de mis post, siempre lograba una sonrisa, hacerme pensar, conmoverme..” ¿no es para correrse de gusto sin tocarse?
Ahora, Pau echa el cierre en su blog y me deja huérfano de su cariño, de su apoyo incondicional, de su amor, de su erotismo, de su morbo, y me deja solo ¿qué mierda de vida voy a vivir sin “vivre sa vie”? Y ahora me siento mal, como cuando se muere esa abuela a la que piensas que no le has dado todos los mimitos que tu cariño te pedía; y siento no haber comentado mas sus post, sabiendo ahora que tanto le gustaban mis pobres comentarios. Espero que este escrito, en el que muestro mi más sincero cariño y admiración le compense de alguna manera por esos comentarios que no le hice y que tan racanamente administré. Ahora se quiere marchar casi en silencio, sin armar estrépito, discreto, como él es...
Pau, no te vayas, no me dejes, escucha este canto de victoria; juntos venceremos siempre, pero aún te necesito a mi lado.Intérprete: Nacha Guevara
Comentarista Plateado del día: Gwathadan
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