martes, 25 de marzo de 2008

CARTAS DE AMOR DE UN ESCLAVO, XII (o El disco duro encontrado en Chueca)

"NOTA PREVIA DEL AUTOR: Una vez más debo recordar para evitar malentendidos que estas cartas las encontré en la bandeja de correo de un ordenador abandonado en Chueca. Por ello, todo lo aquí narrado es completamente cierto y, sin embargo, verídico. Esta es la duodécima carta. Puedes encontrar las once anteriores a poco que las busques en mi blog."

Dibujo de Tom of Finland por cortesía de Arrumako

Mi amo:

A veces pienso que es muy elástico ser amo y muy duro ser esclavo, aunque este pensamiento parezca de Perogrullo es, sin embargo, bastante adecuado para lo que quiero (con permiso de mi señor, claro) exponer. Es muy fácil para un amo criticar. Un amo al que supongo llevando una vida muelle rodeado de otros esclavos que satisfacen todas sus necesidades sexuales. Y sin embargo que duro es ser esclavo de un solo rabo (¡Uy! de un solo amo quiero decir, ¡en que estaría yo pensando..!), y más cuando eres un esclavo novato y te estás formando como esclavo por correspondencia. Por eso puede parecer a mi amo palabrería lo que no es más que la narración de lo que para este esclavo constituye su único desahogo sexual. Y, por otro lado, malamente puedo contarle a mi señor mis abundantes encuentros sexuales (aunque fortuitos, eso desde luego...) si mi amo no me permite esos pequeños escarceos con todo aquel que se me ponga por delante, bueno o por detrás. Bien entendido, claro, que no hay mayor castigo para un esclavo enamorado que el ser poseído por el mayor número de personas distintas a su querido, bien amado, deseado y único amo. Claro que no sería yo esclavo si no disfrutara con todos estos castigos. Y así ya le puedo decir al señor que he disfrutado en la berza como un enano (sintiéndome castigado) con todos los que me he follado está Semana Santa, así llamada esta semana de vacaciones que todos los esclavos tienen por Convenio.

Por otro lado no tengo más que dar las gracias a mi señor y aceptar modestamente su voluntad en la cuestión de los azotes, los pinzamientos y la introducción del dildo en el ano (¡Y menos mal que el señor me pide que lo use, porque ya creía que no lo iba a amortizar!). Castigos que me apresto a ejecutar inmediatamente, pues ya estaba yo un poco relajado y muy necesitado de ellos (aunque algunos me los he ido aplicando yo por libre, valga la paradoja). Si bien mi amo ha notado con la agudeza e inteligencia que se le supone, que en la cuestión de ponerme pinzas en los huevos me hacía el remolón, todos lo demás los he cumplido con una exactitud y un ardor juvenil que me han sorprendido a mí mismo, que no dejo de ser su ejecutor interpuesto, por su rigor y virulencia. Aunque tengo que reconocer que lo de pinzarme los cojones no me sale de los susodichos, la verdad sea dicha; y creo que va a ser necesario que sea mi amo en persona el que tenga que darme ese placer (yo creo que con unos cariñosos mordisquitos en la punta del capullo valdría, ¿no crees, cari? tampoco hay que ponerse así en plan de amo exigente).

En cuanto a ligar con otros esclavos predispuestos al folleteo, este esbelto esbirro (y bien dotado podíamos decir sin falsa modestia) que mi amo tiene por esclavo, ha de decir que siguiendo a rajatabla sus instrucciones, intentaré por todos los medios a mi alcance montármelo este finde con ese rubito que también enseña la goma del slip (pero de D&G pelín hortera) y me tira los tejos en el “Spank”, más que nada para que mi amo se quede tranquilo y satisfecho. (Ejem, ejem…, si para eso tengo que quedarme satisfecho yo, pues lo aceptaré con resignación esclavil, que le vamos a hacer).

Bueno, señor, creo que mediante esta carta doy por bien recibidas (y entendidas, supongo) vuestras instrucciones y me apresuro a ponerlas en práctica, no vaya a ser que me encuentre al de la "gomitadelcalzoncillo" ocupado en otros menesteres y no pueda cumplir con vuestro mandato (claro y conciso, según pienso) de follármelo, aunque dios sabe la repugnancia que esto me causa y que solo lo hago bajo mandato expreso y obedeciendo órdenes. Que yo aunque esclavo de mucho folleteo soy de un solo amo.

Con vuestro permiso, se retira este esclavo que lo es, no sin antes besar vuestras botas, subir con mi lengua por vuestras piernas, detenerme en el ojete y los huevos de mi amo para, mas tarde, tomar posesión (perdonando el atrevimiento) de la polla de mi señor y hacerle una gloriosa mamada hasta que su esencia divina fluya por su conducto y pase a endulzar mi boca y todo mi cuerpo, ¡ay!

P.D. Amor, que pases una feliz semana, y si ligas, dale al afortunado unas palmetadas bien fuertes en su culete; eso sí, pensando que soy yo... Con todo cariño y con todo amor.

T.Q.

BB de W (ya sabes que, aunque esclavo, me gusta firmar como un príncipe).


Comentarista Plateada del Día: Sonia (Sonia, hazte un blog ya, ¡cojones!)

No hay comentarios:

Publicar un comentario