Siempre que nos dicen de alguien que tiene cara de bueniño, pensamos inevitablemente que debe ser medio tonto y que en la cama va a ser un saco. Sin embargo, todos podemos imaginarnos a un canalla como un morenazo con unas enormes patillas y una ”faca” albaceteña que nos hará sufrir, si, pero de una manera inolvidable. En una discoteca gay desde luego siempre atraerá nuestra mirada el canalla, ese que decimos entre nosotros “me gusta su aspecto de malote”. Nos atrae el riesgo, el miedo, el peligro…
No sabemos porqué, pero nos atraen más los canallas que los típicos buenecitos. El lado oscuro siempre tiene más atractivo que la bondad. Parodiando aquella célebre película, los gays los prefieren buenecitos, pero siempre se lían con los malotes.
Nunca entendí estas historias de mujeres que admitían que su marido era un perfecto canalla, que bebía, que iba con otras mujeres, que su marido no las mimaba pero… ¡lo seguían queriendo! Fieles hasta la muerte, dependiente de aquel canalla que las martiriza y ama con la misma intensidad.
Y es verdad, el caso es que es verdad. Uno tío bueno puede dejar herido tu corazón, pero no será nada comparable al ensañamiento, el desangrado y el desgarro que un canalla va a producir, no sólo en tu corazón sino en tu mente también. La herida va a ser doble, más punzante, mas grave, más difícil de olvidar. Porque en el fondo, pensamos que aquel que era buena persona y que te amaba, será recompensado en su bondad, se olvidará de odiarte o de recrearse en tu sufrimiento. Lo que nos descompone de un canalla es que vaya por ahí regocijándose de tu abandono, de tu dolor, de tu desgracia… Pensamos que un canalla irá diciendo como en aquella canción que “solo eras uno más”, riéndose con sus amigos de sus conquistas; y eso nos descoloca, nos hace vibrar de nuevo, nos incita a la imposible reconquista, nos mantiene en un estado de tensión, como si echáramos de menos el sufrir que nuestra sumisión nos proporcionaba. ¿No es Don Juan el mito español por excelencia? El perfecto seductor irresistible que usa a las mujeres para posteriormente abandonarlas. Un canalla en toda regla. Pues el tipo donjuán canalla también abunda en el ambiente gay.
Por eso te digo, aunque no valga de mucho, ¡nunca te enamores de un canalla! Si puedes claro… pero si no consigues evitarlo, cierra los ojos y disfruta mientras puedas.
Hoy toda España parece enamorada de un canalla....
No sabemos porqué, pero nos atraen más los canallas que los típicos buenecitos. El lado oscuro siempre tiene más atractivo que la bondad. Parodiando aquella célebre película, los gays los prefieren buenecitos, pero siempre se lían con los malotes.
Nunca entendí estas historias de mujeres que admitían que su marido era un perfecto canalla, que bebía, que iba con otras mujeres, que su marido no las mimaba pero… ¡lo seguían queriendo! Fieles hasta la muerte, dependiente de aquel canalla que las martiriza y ama con la misma intensidad.
Y es verdad, el caso es que es verdad. Uno tío bueno puede dejar herido tu corazón, pero no será nada comparable al ensañamiento, el desangrado y el desgarro que un canalla va a producir, no sólo en tu corazón sino en tu mente también. La herida va a ser doble, más punzante, mas grave, más difícil de olvidar. Porque en el fondo, pensamos que aquel que era buena persona y que te amaba, será recompensado en su bondad, se olvidará de odiarte o de recrearse en tu sufrimiento. Lo que nos descompone de un canalla es que vaya por ahí regocijándose de tu abandono, de tu dolor, de tu desgracia… Pensamos que un canalla irá diciendo como en aquella canción que “solo eras uno más”, riéndose con sus amigos de sus conquistas; y eso nos descoloca, nos hace vibrar de nuevo, nos incita a la imposible reconquista, nos mantiene en un estado de tensión, como si echáramos de menos el sufrir que nuestra sumisión nos proporcionaba. ¿No es Don Juan el mito español por excelencia? El perfecto seductor irresistible que usa a las mujeres para posteriormente abandonarlas. Un canalla en toda regla. Pues el tipo donjuán canalla también abunda en el ambiente gay.
Por eso te digo, aunque no valga de mucho, ¡nunca te enamores de un canalla! Si puedes claro… pero si no consigues evitarlo, cierra los ojos y disfruta mientras puedas.
Hoy toda España parece enamorada de un canalla....
Actor: Miguel Ángel Silvestre.
Serie: “Sin tetas no hay paraiso”
Comentarista Plateado del día: Goldengate(d)
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