martes, 1 de diciembre de 2009

PLATEADISMO NAVIDEÑO

A ver, no es que yo odie la Navidad ni nada de eso. Es tontería odiar algo que no tiene remedio y que supone una paga extra y unas vacaciones para trabajadores y estudiantes. No, yo lo que odio es el día en que hay que decorar la casa. Es que mi madre se pasa.

Y lo peor es que hay que estar todo el día con ella ayudándole, colgando guirnaldas por aquí, haciendo lacitos por allá, colocando mariconadas varias en colores rojos, verdes y blanco, conexiones eléctricas por todas partes para que luzca desde el típico papá noel que sube por una ventana, el gordo seboso de él que ahora pone toda la peña, hasta la luz detrás del papel azulado con estrellitas que coloca detrás del belén para cuando en Belén se haga la noche. Y es que mi madre no nos ahorra ni un adornito. Y desde que descubrió que en los chinos hay unas guirnaldas luminosas baratísimas nos ha llenado la casa de racimos de uvas intermitentes, pelín horteras, todo hay que decirlo. A todo esto hay que estar todo el puto día subiendo y bajando al garaje donde guarda todos sus artilugios navideños. ¡Un coñazo!

Y cada año compra algo nuevo. Pero –y aquí viene lo sospechoso- este año le ha dado por lo plateado. Yo creo que a mi madre le ha entrado el “plateadismo” en el espíritu navideño sin saber que soy yo el que se lo ha metido. No, no es que me folle a mi madre, que no soy Edipo, ese tuberculoso, y mucho menos haría algo así en Navidades que estaría horroroso eso y debe ser pecado. Pero creo que mi madre lee mi blog sin saber que es mío, o no se ha dado por enterada. El caso es que este año la "marujatorres", como le llama mi abuela fantasma, ha comprado, entre otros adornos navideños de ese maravillosos tono que yo propago… ¡unos cojines plateados!

Ahora mi madre no solo tiene mí Filosofía Plateada en la cabeza… ¡Si no que también se la mete por debajo del culo! Jajaja.

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