martes, 28 de agosto de 2007

MEJORANDO: DEL VACÍO TOTAL A LA NADA MÁS ABSOLUTA

"No se debe usar el desprecio sino con gran economía,
debido al gran número de necesitados"

CHATEAUBRIAND

En estos siete meses de bloguero voy mejorando: del vacío intelectual del que salí a la nada filosófica en que me hallo. Yo quería llegar a ser famoso e intelectual. Para famoso ya estoy en el camino a mi pesar; pero de intelectual nada.

No es por despreciar, pero aquí aprendo poco. Y eso que me leo muchos de vuestros blogs, pero nada. A este paso voy a llegar tarde a la intelectualidad. No sé más de arte, ni de literatura, ni de medicina, ni de fútbol, y ni siquiera de sexo, que al fin y al cabo es lo que se espera de un blog de Chueca.com. Aquí se folla poco y se aprende menos; casi me voy a comprar un libro y me hago una paja.

Pero eso si, digo que voy para famoso porque ya tengo mis propios críticos. Eso debe ser bueno. Todo autor que se precie tiente sus críticos amargados y envidiosos que solo buscan las erratas en los escritos de los demás con un afán inquisitorial digno de mejores y más altas misiones. Quiero que sepan que estreno una nueva sección: CARTAS AL DIRECTOR para esas críticas, búsquedas de gazapos en mi blog y sesudas explicaciones. Una sección con vía directa a la papelera de reciclaje.

Ser intelectual no es tan fácil por lo visto, no se es intelectual así por la gorra; ni por la visera, la verdad; y no lo digo por desanimar a nadie. Yo lo intento con todas mis fuerzas, pero nada. Para ser intelectual hay que estudiar mucho, y la verdad es que de vacaciones entre olas y pajas, no tengo muchas ganas ni tiempo de estudiar. Y así sigo, ignorante pero contento.

Y yo quería ser intelectual joven, porqué ser intelectual maduro no tiene mérito la verdad. Intelectual y viejo ya está muy visto y lo es cualquiera. Yo ahora que estudio la historia de Ferrol y Coruña buscando protagonistas para mis historias, he descubierto que dos de los mayores y más famosos niños prodigios españoles nacieron en Ferrol: Pepito Arriola, el niño pianista y su prima Hildegard, a la que su madre creó y crió, como el nuevo Mesías destinada a regenerar la política de este país, y finalmente asesinó con sus propias manos cuando Hildegard se enamoró de un hombre vulgar. Así que ser intelectual no es ninguna ganga, ya aviso; se corre peligro de muerte por asfixia, envenenamiento o, simplemente, envidia.

Bueno, con vuestro permiso me retiro, que estoy leyendo a Chateaubriand, a ver si aprendo algo.

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