Muy sr. mío y eminente filósofo.
Quizás le extrañe a usted esta carta de su más fiel (sino único seguidor). Si me he atrevido a tomar esta iniciativa en contra de sus propias enseñanzas, cuando tan acertadamente dice en la pág 8.189 de su más grande obra (sino la única) Una filosofía plateada de la vida (Edit. Blogblugblablablag, 1999): "Evita la correspondencia con intelectuales, nunca aprenderán nada", es porque estoy un poco insatisfecho de cómo van las cosas sobre mi proyecto de llegar a ser tan famoso (y tuberculoso, claro) como usted, según nuestras conversaciones y contrato. Y, ya puestos porqué no decirlo, follar más.
Para ir al grano, yo veo que no progreso, francamente. Después de un año y medio blogueando y casi mil post ya escritos siempre bajo su filosofía plateada, no he llegado a ser reconocido ni como proyecto de intelectual siquiera. A este paso estoy viendo que igual aprendo antes algo en la Universidad, aunque sea sin darme cuenta. Y si me apura, casi se folla más allí también.
No es por incordiar, pero algo está fallando, y espero de su infinita sabiduría que investigue el asunto en un pequeño estudio o accésit a su ingente obra. Porque, no es por nada, pero yo podría perfectamente haber adoptado otros modelos filosóficos, iguales de sólidos y bien construidos (e incluso más rollo, añado) como Witgenstein, Kierkegard, Sánchez Dragó, o el mismísimo Jiménez Losantos, ya que de intelectuales estamos hablando. Ser su alumno aventajado no me está proporcionando un aura de respetable filósofo ni amante tuberculoso, y si mucho pitorreíto. Quizás he puesto demasiadas expectativas amatorias en su filosofía, olvidando tal vez la suficiencia de mis propios atributos desnudos.
Yo sé que la filosofía plateada no es algo que esté al alcance de cualquiera, entre otras cosas porque hacen falta unas zapas de ese mismo color y no todo el mundo está de acuerdo en llevarlas por mucho que le atraigan sus enseñanzas y resulte agradable ver la vida con una óptica plateada. Yo las veo puestas a veces en algunos bakalas, claro (muy monos y graciosos, eso si, con sus gorritas ladeadas), pero no creo que entiendan mucho de su/nuestra filosofía y, además, son todos pasivos (y ahora sí que sé de lo que estoy hablando).
También puede ser que yo no haya asimilado bien sus enseñanzas y mi desmedido afán de aplicar toda su filosofía a las artes, digamos, amatorias, no deja de ser una prostitución de su ya inmortal obra, y que quizás yo he puesto unas desmedidas ansias de ligar con sus enseñanzas, pues nada es más bonito que discutir de filosofía entre polvo y polvo (¿o era al revés?). Pero como dice mi abuela, la fantasma: "Si un libro no te vale para poner de pata en una mesa, chico, tira con él". Así que ya sabes, Feli, cari, si mis post no triunfan empezaré a hablar de mi ex- como hace todo el mundo, pero de mi ex... maestro.
Yo aviso.
Quizás le extrañe a usted esta carta de su más fiel (sino único seguidor). Si me he atrevido a tomar esta iniciativa en contra de sus propias enseñanzas, cuando tan acertadamente dice en la pág 8.189 de su más grande obra (sino la única) Una filosofía plateada de la vida (Edit. Blogblugblablablag, 1999): "Evita la correspondencia con intelectuales, nunca aprenderán nada", es porque estoy un poco insatisfecho de cómo van las cosas sobre mi proyecto de llegar a ser tan famoso (y tuberculoso, claro) como usted, según nuestras conversaciones y contrato. Y, ya puestos porqué no decirlo, follar más.
Para ir al grano, yo veo que no progreso, francamente. Después de un año y medio blogueando y casi mil post ya escritos siempre bajo su filosofía plateada, no he llegado a ser reconocido ni como proyecto de intelectual siquiera. A este paso estoy viendo que igual aprendo antes algo en la Universidad, aunque sea sin darme cuenta. Y si me apura, casi se folla más allí también.
No es por incordiar, pero algo está fallando, y espero de su infinita sabiduría que investigue el asunto en un pequeño estudio o accésit a su ingente obra. Porque, no es por nada, pero yo podría perfectamente haber adoptado otros modelos filosóficos, iguales de sólidos y bien construidos (e incluso más rollo, añado) como Witgenstein, Kierkegard, Sánchez Dragó, o el mismísimo Jiménez Losantos, ya que de intelectuales estamos hablando. Ser su alumno aventajado no me está proporcionando un aura de respetable filósofo ni amante tuberculoso, y si mucho pitorreíto. Quizás he puesto demasiadas expectativas amatorias en su filosofía, olvidando tal vez la suficiencia de mis propios atributos desnudos.
Yo sé que la filosofía plateada no es algo que esté al alcance de cualquiera, entre otras cosas porque hacen falta unas zapas de ese mismo color y no todo el mundo está de acuerdo en llevarlas por mucho que le atraigan sus enseñanzas y resulte agradable ver la vida con una óptica plateada. Yo las veo puestas a veces en algunos bakalas, claro (muy monos y graciosos, eso si, con sus gorritas ladeadas), pero no creo que entiendan mucho de su/nuestra filosofía y, además, son todos pasivos (y ahora sí que sé de lo que estoy hablando).
También puede ser que yo no haya asimilado bien sus enseñanzas y mi desmedido afán de aplicar toda su filosofía a las artes, digamos, amatorias, no deja de ser una prostitución de su ya inmortal obra, y que quizás yo he puesto unas desmedidas ansias de ligar con sus enseñanzas, pues nada es más bonito que discutir de filosofía entre polvo y polvo (¿o era al revés?). Pero como dice mi abuela, la fantasma: "Si un libro no te vale para poner de pata en una mesa, chico, tira con él". Así que ya sabes, Feli, cari, si mis post no triunfan empezaré a hablar de mi ex- como hace todo el mundo, pero de mi ex... maestro.
Yo aviso.
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