miércoles, 20 de agosto de 2008

¡QUÉ VIENEN CURVAS!

Por todas las carreteras de España circula una leyenda según la cual al llegar a determinada curva muy peligrosa, una bella joven te para haciendo autostop para avisarte del riesgo que corres al pasarte de velocidad. Una vez en la curva, la joven te aclara que allí mismo ella sufrió un terrible accidente, y luego desaparece. Pero tú ya te has salvado.

El día de la cena familiar, viniendo yo de Ferrol a eso de las dos y media de la madrugada, empezó una tormenta de mil pares de rayos, y nunca mejor dicho. Tuve que hacer el viaje de vuelta después de tomar dos cervezas y un cubata, acojonado por el agua, los rayos, los relámpagos que caían a mi paso. Eso sí, lo hice a menos velocidad de la que marca la autopista, pero con el evidente riesgo de que me embistiera otro coche por detrás. En un trayecto que se hace normalmente en 30 minutos, tardé casi hora y media.

Al llegar a una curva especialmente peligrosa cerca de Guísamo, una figura femenina envuelta en lo que parecía un camisón blanco se me puso delante del coche obligándome a parar. ¿Quién os creéis que era? Exactamente, hablando de fantasmas ¡mi abuela!

- Joder, abuela ¡qué haces aquí! ¡qué susto me has dado!
- Ya, - me dijo ella, - pero ¿qué querías? Estaba empapada.
- Pero coño, abuela para matarme y, lo que es peor, para matarte a ti, vamos. – Dije yo, siempre tan acertado.
- De frío me estaba muriendo ya, Iago, así qué más me da.
- Pero entonces tú no estás aquí en la curva para avisar a los conductores imprudentes. – Le pregunté yo, algo cándido, porque a veces la veo salir de casa con el camisón y el neceser misteriosamente.
- ¡Pero tú eres más tonto de lo que yo pensaba, Iago! Eso ya no se lleva. Cada palo que aguante su vela, ¡qué pongan la tracción a las cuatro ruedas! Yo vengo de las fiestas de Betanzos de echar unas piezas. Y estaba haciendo dedo.
- ¿Pero abuela? – le pregunté yo. - ¿Por qué haces esto?
- Es que me aburro, Iago, tu abuelo es más aburrido que un muerto (dijo con atrevimiento) y yo necesito mi espacio.
- Ya abuela, ¿Pero…, todo el espacio?, ¿éste, el otro y el del “más allá?. - Y jode ser más sensato que tu propia abuela.
- Bueno, yo solo vengo a avisarte, Iago querido. – Y luego añadió algo que ya terminó de matarme a mi también.- Busca una pareja que sea divertida, que siempre te haga reír y te mantenga entretenido y tendrás una larga vida. La diversión debe ser la base de toda pareja. ¡Y agárrate…, que vienen curvas!

Y tras decir estas misteriosas palabras y dejarme este aviso, desapareció. Ahora tengo mis dudas sobre si mi abuela es la figura femenina que avisa por las curvas de España adelante de los peligros de la vida, o solo viene a avisarme a mí de que sabe lo mío… ¡Hombre, ella una bella y esbelta joven no es! Está más gorda que una foca y el día que no se afeita hasta en el bigote se parece. Pero en un caso así, de vida o muerte ¿quién se fija en los pequeños detalles?

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