Os acordáis de la interactivez. Bueno, es un viejo truco que trae muchos lectores y comentarios a tu blog. Se trata de apelar a los recuerdos de los lectores e implicarlos en tu post, que te cuenten sus vivencias. No falla. Hoy me he acordado de ella.
Y es que hoy voy a contar algo que os va a sorprender, estoy seguro. Yo no sé que idea tenéis de mí, supongo que la que yo dejo traslucir en mi blog: joven surfeiro estudiante de periodismo con un rabo de buen tamaño y unas zapas plateadas. Bueno, también todo el mundo sabe que soy gay y fetichista de los calvinkleines. Pero poco más. Hay que dejar espacio a la imaginación.
Sé que unos me ven como un pijo asqueroso, otros como un friki asqueroso y otros como un exhibicionista asqueroso. Bueno, parece que todo el mundo está de acuerdo en algo, jajaja. A algunos les gusta mi blog, a otros les divierte, algunos me aman en silencio, otros me odian y vienen por masoquismo, y algunos se hacen pajas con mi imagen (bueno, algunos se las hacen con mi visión, pero es en esa otra página de hacerse pajas por cam a la que me he aficionado, jajaja). El caso es que todo el mundo tiene una imagen de mí.
Pero hoy voy a hacer una revelación que sé que, en cualquier caso, se sale de la idea general que subyace en mi blog. Creo que, sea la imagen que tengas de mí, parece que soy medianamente educado y respetuoso con los demás. Tengo mis fobias, claro, pero en lo general y, como marca la filosofía plateada, vivo y dejo vivir. Así que mi blog, como un espejo de mi personalidad, es sencillo, respetuoso pero moderno, aunque no escandaloso, o no demasiado, creo. Mi blog es, lamentablemente, como yo: discreto. Pero tengo alguna laguna en mi personalidad, alguna cosa que no se corresponde con mi actitud general ante la vida o ante los demás. Como cuando al repartirse las virtudes y los vicios en el momento de lanzarme a este mundo se hubieran producido algunos desajustes.
Vale, hoy voy a contar el primero: A mi me vuelve loco ir por las noches con las ventanillas del coche abiertas y la música a todo trapo y me encanta que me miren en los semáforos. ¡Ya está! Ahora ya sabéis algo más de mí, ¿ves? y no pasa nada. Si ves a alguien que te imaginas que soy yo, y además va a las 4 de la mañana por Madrid (bueno, es posible que por Majadahonda también) con la música follada, que la gente te grita ¡dale más caña, hortera! y tal… pues puedo ser yo o no. Ya aviso.
Y ahora es donde entra la famosa interactivez: ¿Y tu, qué actitud adoptas a veces en la vida que no se corresponde en absoluto con tu personalidad habitual o, en general, no se corresponde con la idea que tienen de ti los demás? Ya estás tardando en contarla.
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