domingo, 20 de enero de 2008

ROBERTO SE QUIERE CASAR

Roberto se quiere casar.

Se quiere casar por lo civil, claro. Se quiere casar después de cinco años de convivencia con su pareja con una fiestorro de celebración, rodeado de sus familiares y amigos con tarta incluida. Quiere irse de viaje de novios después a un país lejano. Todo bastante convencional.

Solo que Roberto es gay, se quiere casar con su novio Juan, y trabaja como vigilante jurado. Todo ello no debería suponer ningún problema, puesto que todos los amigos de Roberto y Juan lo saben, saben que llevan ocho años amándose, que tienen un piso comprado a su nombre en el que viven, tienen incluso un perro juntos.

Roberto y Juan siempre se han movido por “el ambiente”. Y van de la mano por Chueca y se besan en la calle. Incluso Juan tiene un poco de pluma y se le nota. Todos sus amigos los aceptan así. Con sus respectivas familias tampoco tienen problemas, hasta ya han hecho una comida donde se han conocido todos y transcurrió en paz y armonía. Todo estupendo, súper normal, así da gusto…. España es maravillosa y moderna, la sociedad abierta, ¡hay que salir del armario! Normalización.

Sin embargo Roberto está inquieto. Para poder irse de viaje de novios tiene que pedir un permiso por matrimonio y poner el nombre de “los contrayentes” Ahí empiezan los problemas, porque Roberto trabaja de vigilante jurado en una empresa de seguridad, con muchos compañeros del sexo masculino, algunos de ellos con pendientes y tatuajes eso si, lo que no quita para que sea un ambiente machista y asfixiante. Si, claro, hoy todo el mundo tiene una amigo gay, incluso todos tienen un amigo gay con novio, pero nadie lo tiene en su puesto de trabajo, ¡que casualidad ¿no?!

Roberto no sabe como hacerlo. No para de darle vueltas, hasta ha pensado en falsificar la solicitud de permiso. Efectivamente, la sociedad es abierta, no hay homofobia, existe una ley que permite el matrimonio gay y sus derechos…, pero no quiere que se sepa en su lugar de trabajo que se casa con otro hombre, un sitio donde constantemente le gastan bromas sobre “follarse tías”, donde “rascarse los huevos” es lo corriente y donde los homosexuales son “esos putos maricones” No, hoy en día la sociedad española no es homofóbica, jajaja ¡qué risa! Claro no es homofóbica porque la mayoría de los gays seguimos en el armario…. Es verdad que hay algo más de visibilidad y sobre todo si eres famoso o si trabajas en una profesión liberal o en alguno de esos trabajos típicos de gays: moda, ventas, decoración…. Pero vete de maricón abierto a la obra, a la empresa, a la oficina… y estoy hablando de Madrid, ¡eh! No digamos nada en un pequeño pueblo de la España profunda. Esta es la única verdad, ser gay hoy en día es aún muy difícil y si tu eres tan valiente y honesto de decírselo a todo el mundo, incluidos tus compañeros de trabajo, a tu equipo de fútbol, o a tus compañeros de facultad ¡enhorabuena!, tienes un par de ovarios, pero no pidas heroicidades a los demás…

¡Todavía, ser gay en España es llorar!

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