miércoles, 23 de enero de 2008

LA CASITA DE CHOCOLATE...

Junto a una ciudad muy grande vivía un pueblo cuyos padres no querían cuidarlos y decidieron abandonarlos a su suerte para irse a un congreso…

Al quedarse solito aquel pueblo vagaba por un bosque (muy contaminado, eso sí) hasta que llegó a una enorme casa donde vivía una señora de aspecto corriente, que solo se distinguía de las brujas en que ésta llevaba más permanente. La casa era una casa preciosa, parecía de chocolate y llamaba mucho la atención a todo el que por allí pasaba. Al verla el pueblo decidió entrar.

Pero una vez dentro, aquella bruja no los dejaba salir. La bruja iba engordando el ego del pueblo para luego comérselo enterito. – “Yo me zampo enteros a los niños, a los jóvenes y a los gallardones” decía aquella mujer. Y así era, y al que no se lo comía lo ponía en una lista de espera de la sanidad pública. Hipnotizaba al pueblo alimentándolo con una televisión local, una radio integrista de todos los santos y unos curiosos personajes que vestían unas largas túnicas negras hasta los pies, célibes pero viciosillos; obispos les llamaban algunos… Y así poco a poco, se iba zampando a todos…

Bueno, no tengo ganas de seguir el cuento. Ya estoy cansado de tantos cuentos…

Eso si, si vas por la Puerta del Sol, ten cuidado no te confundas, esta es la mansión de la bruja …

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