sábado, 16 de febrero de 2008

VERTICALIDAD

Por si no lo sabéis os lo voy a decir yo, la palabra clave actualmente es verticalidad. La verticalidad está de moda, es lo último. No solo porque próximamente se van a inaugurar en Madrid cuatro rascacielos verticales (¿ya te estás riendo?, si ya sé que los rascacielos tienden a la verticalidad, que no me son muy originales, pero no es eso, sigue leyendo..., anda) sino porque han montado en la Paseo del Prado un ¡jardín vertical! Dios, es algo digno de verse, espectacular.

Claro, yo ya me he puesto a discurrir, Iago siempre adelantándose a su tiempo, y he pensado en trasladar el verticalismo a nuestra vida diaria. Por ejemplo, se me ha ocurrido hacer unos coches verticales donde los ocupantes de las cinco plazas irían unos sobre los otros ensamblados por la po… bueno por algo, eso todavía no lo he inventado. Esto de los coches verticales parece que no, pero ahorrarían un huevo en plazas de aparcamiento. Y ya no te digo nada, cuando me dé por inventar los autobuses verticales.

Otro concepto al que le podíamos aplicar la verticalidad es a las playas. No me digas que no sería la bomba una playa vertical... Es la solución ideal para Benidorm, por ejemplo, cabrían muchos más turistas y no haría falta que fueran todos chinos que ocupan poco; en vertical podríamos poner a cualquiera, suecos incluidos. Solo haría falta, cambiando el curso del sol, que saliera por un lado y se pusiera por el otro para que todos se tostaran por igual. Claro el de abajo es el que más disfruta pero eso es igual que cuando te dan por culo; el de abajo siempre disfruta más.

Y ya en un golpe de genialidad del los míos, se me ha ocurrido hacer unos campos de fútbol verticales ¿A qué molarían? Conseguir que los jugadores y la pelota estuvieran verticales no parece difícil, al fin y al cabo el míster siempre nos está diciendo: “súbela, súbela” o “mantén la verticalidad, jodido”. Lo difícil, creo yo, es conseguir que los cien mil espectadores del Bernabéu se pongan verticales si con lo mal que juega este año el equipo ni siquiera se levantan del asiento ahora.

Y no digo nada de inventar cementerios verticales… Y vamos estoy seguro que el cielo y en el infierno ya son verticales totales, si no dónde van a meter a tanta gente que le da por morirse. Tengo que preguntarle al Papa. Bueno, así podíamos seguir hasta el infinito: familias verticales, ayuntamientos verticales, sindicatos verticales… no, no, esto último bórralo que ya me suena de algo.

En fin, yo no sé a vosotros pero a mí se me está poniendo todo vertical; y cuando digo todo, digo todo… Claro que esa verticalidad tiene otro nombre arquitectónico: empalme. Yo está verticalidad (mental) me la termino, jajaja.


COPLILLA


Han puesto un jardín vertical en el Prado,
Allí tu amor en forma de flor has colgado,

No sé qué hacer para poder regarla,
Y al escupir la paja, en el ojo no me caiga,

Y no tener que decir que llueve,
cuando lo que me cae es mi propio semen.

¡Baja, amor, prefiero subir a los árboles de Tita
Que gracias a ella Gallardón no los quita!



Comentarista Plateado del Día: José Manuel Antoral

No hay comentarios:

Publicar un comentario