lunes, 18 de febrero de 2008

JUANJO

Juanjo, día 1.

(Nota: En contra de mi tradición de contar mis… ¡um! digamos ligues, voy a empezar a narrar casi en tiempo real – lo que tardo en escribir y depurar los post- mi relación con alguien que pienso que puede ser importante en mi vida. Lo siento, si no os gusta os jodéis, yo también me he tragado todas vuestras historias, vuestros amores y vuestros desamores; hasta, incluso, algunos de vuestros estreñimientos…. ¡Pasen y vean!)

Hoy, por fin he hablado con el niño morenito que viene por el bar de la facultad; se llama Juanjo. Yo estaba solo esperando a mis amigos y él estaba hablando con alguien mayor que se marchó y se quedó solo igualmente. Estuvimos mirándonos un buen rato, como tantas otras veces nos habíamos mirado, el clavando sus ojos negros en mi, esos ojos negros que me taladran y me desnudan. Pero hoy aguanté su mirada, desafiante, retándolo; con ese mirar que tenemos los gays de cacería, cuando queremos averiguar o creemos reconocer a otro gay.

Estaba cantado que terminaríamos hablando, eso ya lo sabía, solo faltaba saber el cuándo. Así que cuándo se fue al servicio y lo ví volver directo hacia mí sin titubear supe que había llegado el momento. Él me dijo, sencillamente, "Hola" y empezó a hablar con toda naturalidad. Yo me puse muy nervioso, no atinaba a decir nada interesante. Es la primera vez que ligo así en el bar de la facultad y me parecía que todo el mundo estaba pendiente de cómo evolucionaba aquel encuentro: me parecía que todas las miradas estaban fijas en nosotros.

Juanjo tiene 22 años, estudia económicas y además está haciendo un curso de socorrista en la Cruz Roja y, lo más importante, no escribe un blog. No hemos hablado mucho del “tema”; es más, me contó que hasta hace poco tenía novia; pero ese “hasta hace poco” me pareció en ese momento revelador. Cuando la conversación se ponía interesante tuve que marcharme, pues tenía clase. Hablé todo el rato con él sobreexcitado; respiraba mal y las palabras me salían a trompicones, un poco incoherentemente. Creo que quedé como un idiota, con la sensación de que tenía que haber dicho muchas más cosas o, al menos, otras. Me he dado cuenta que todo el desparpajo que se me supone en el blog no me sirve de mucho a la hora de ligar, y que todas las tonterías que se me ocurren para escribir pierden su gracia en vivo y en directo.

Eso sí, estuve en clase de Comunicación completamente ausente, en una nube, no me enteré de nada y tenía una excitación del quince. Me dió por pensar que pasaría si me hubiera besado en el bar, si nos lo hubiéramos montado en el baño…, mi imaginación se puso a volar mientras el profe nos degranaba unas gilipolladas que no me interesaron mucho, la verdad. Acabé con un dolor de huevos del quince; al llegar a casa tuve que hacerme la tercera del día.

En un primer momento me ha parecido un poco raro sin poder definir el porqué… (¿Será mejor siempre la imaginación que la realidad?). Hemos quedado el viernes en LaB. No sé, creo que me gusta pero ya veremos. De momento como dice Marcos… lovisindeeerrr !!


Comentarista Plateado del día: Víbora

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