martes, 26 de febrero de 2008

EL MOMENTO JUSTO EN QUE EMPEZÓ A CAER EL IMPERIO ROMANO

No sé si fue Suetonio (bueno, esto es un farol, yo nunca he leído a ese tuberculoso; pero si Calalola citaba el otro día a Marco Aurelio, no voy a ser yo menos) quien dijo que todo imperio justo cuando alcanza el punto álgido de su cultura empieza a derrumbarse. Así le pasó al Imperio Romano que comenzó su decadencia justo cuando llegó a la cúspide de su civilización. Bueno esto parece una chorrada si no lo piensas mucho, pero no lo es tanto. También el otro día decía Stultifer que a él le gustaban las escaleras de subida y de bajada. Lo que tampoco es ninguna tontería, pues si tú eliges seguir subiendo cuando las escaleras empiezan a bajar te puedes pegar un ostia de padre y muy señor mío.

Y he pensado en todo esto, porque, en mi vida diaria, me encuentro en esa misma situación con mi amigo Borja. Somos muy amigos, estamos todo el día juntos, vamos a clase juntos y juntos nos escapamos a tomar el bocata; somos pareja en el mus y juntos jugamos al fútbol; juntos estudiamos a menudo y juntos vamos de botellón por Moncloa. Somos inseparables, colegas, íntimos.

El otro día lo pasamos de lujo, fue la caña. A Borja se le ocurrió decir a toda la peña que nos habíamos vuelto gays de repente, -mariconez sobrevenida-, dijimos. Y que salíamos juntos y que pensábamos seriamente en casarnos. ¡Fue un bombazo! Y el muy ijoputa no me avisó de lo que preparaba.

La verdad es que fue muy divertido, todo el mundo aparentó o fingió ser muy comprensivos y tal, nos daban la enhorabuena y algunos, se atrevieron a decir que ellos ya lo habían notado y que la verdad es que se nos veía cierta pluma y que si te fijabas bien ya se veía venir, que estaba cantado que estábamos enrollados y que no era normal que dos amigos estén todo el día tan “juntitos”. Algún envidioso se atrevió a confesar incluso que “ya lo había dicho yo...” A Borja lo que peor le pareció es que su novia hasta la fecha parecía aliviada. Estaba encantada, se sintió libre y empezó a tontear con todo cristo. Bueno, fue un botellón distinto, nos pegamos una panzada a reír mientras cantábamos la ya famosa “canción del pío-pío”. Incluso en un momento dado, para darle más veracidad, Borja me dio, sorpresivamente, un beso en “to los morros”.

El caso es que como digo, mi amistad con Borja ha pasado de ese punto álgido en que ya no puede ir más hacia arriba, cruzando la fina línea que hay entre la amistad y esa otra cosa que no me atrevo a denominar; y ya no puede ir sino para abajo. Por la noche Borja me ha escrito un sms que me dice: “Tío la ostia k kaña, a1 m meo drisa… pro lok +mgusto fue l pikito”.

Desde entonces nuestra amistad ha empezado a ir para abajo, ya digo, porque yo aun no le he contestado.


Comentarista Plateado del día, una vez más:
Stultifer

No hay comentarios:

Publicar un comentario