lunes, 15 de enero de 2007

SALUD

Primero vinieron a por los fumadores, porque su tratamiento resul-taba muy caro para la sanidad pública. Pero yo no me preocupé porque no fumaba.

Luego vinieron a por los bebedores porque las secuelas de los accidentes de tráfico resultaban muy caras para la sanidad pública. Pero yo no me preocupé porque no bebía.

Más tarde vinieron a por los gordos, porque su obesidad generaba enfermedades que resultaban muy costosas a la sanidad pública. Pero yo no me preocupé porque no estaba gordo.

Pero ahora ya me preocupo, porque aunque ni fumo, ni bebo, ni estoy gordo, he descubierto que lo que realmente les preocupa es el dinero que le costamos.

(Pequeño homenaje a Bertold Brech, ese tuberculoso).

Iaguitus, hoy.

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