domingo, 14 de enero de 2007

I.A.G.O. (Ignorante Airado Guapo y Orgulloso)

Yo como soy joven e iconoclasta, no tengo que pedir perdón por nada y nada tengo que perder, me permito opinar sobre todo y todos con la desvergüenza que me da mi ignorancia, mi juventud y mi salidez. Y todo se me perdona. Bueno, también influye en el perdón de las estupideces que suelto el que sea una I.A.G.O., un Ignorante Airado Guapo y Orgulloso.

A pesar de la imbecilidad propia de mi edad, yo soy consciente de mi encanto personal y lo uso sin pudor. Así, siendo guapo, cariñoso y "limpito" (eso dicen las madres de mis amigas a las que yo les gustaría para novio de sus ilusas hijas) consigo prácticamente todo lo que quiero, y lo digo sin ningún recato ni arrepentimiento. No sólo ya en mi ámbito familiar, que se da por supuesto, sino en la vida en general. Soy así, o me tomas o me dejas.

Con mi encanto personal consigo que me inviten en las cafeterías; que mis compañeras me hagan los trabajos; que mis compañeros me traigan el café o se dejen ganar al mus; que me den sobresaliente los profesores y profesoras; y que las viejas me dejen colar en el supermercado y los porteros en las discotecas, porque a todo el mundo regalo una sonrisa que yo sé irresistible. Suena cínico, y lo es.

Pero ¿quién no haría uso de un arma así, de tenerla? ¿Los guapos no son modelos, los inteligentes notarios y los bien dotados actores porno? ¿Es algo malo aprovechar lo que dios o la naturaleza te regaló? Lo malo es que yo no sé por dónde tirar estando, como estoy, colmado con todos esos dones, además de la inmodestia claro. Porqué mi belleza no molesta, mi educación no insulta ni me mariconez canta. El mundo se abre para mí y yo me aprovecho de ello, ¿qué pasa?

Así me permito opinar sobre todo. A mí los poetas me parecen unos cursis, los escritores unos pelmas, los directores de cine unos pedantes, los actores unos histriónicos, los políticos unos ladrones, los deportistas unos vagos, los curas unos pedófilos, los profesores unos incultos, los alumnos unos indocumentados, los gays unas bailarinas y los héteros unos maricones, y vuestros blogs… ¡para que contar! Pero como soy un joven airado y con una bonita sonrisa, se me tiene que perdonar todo ¡viene en el libro!

¿Verdad que nadie aguantaría esto? Bueno, pues es una pequeña broma mía; pero gente así en la blogesfera hay a mazo. Pontificando de todo y criticando a todo cristo sin mayor freno que su propio orgullo, ciegos a toda crítica, llenos de prejuicios e ignorancia ¡que pesados!

Por eso este post que parecía un exabrupto quiere terminar dando las gracias a todos vosotros los que me visitáis y dejáis comentarios con cariño, vosotros queridos blogs hermanos, blogs amenos y divertidos... ¡ah! ¿Qué se me nota mucho que estoy haciendo la pelota? vale, vale, ya paro; pero dejadme poner aquí una de mis bonitas sonrisas y sonreíd vosotros también mientras decís: ¡Qué cosas tiene este I.A.G.O!

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