miércoles, 31 de enero de 2007

CARTAS DE AMOR DE UN ESCLAVO, I (o El disco duro encontrado en Chueca)

(NOTA PREVIA DEL AUTOR: Es un recurso literario utilizado por muchos narradores explicar que lo que allí se puede leer fue hallado en un manuscrito abandonado. Bueno, como hoy nadie se creería la historia del manuscrito perdido, tendré que confesar que este relato por entregas lo encontré en un disco duro de un ordenador abandonado en Chueca. Por ello, todo lo aquí narrado es completamente verídico y, sin embargo, cierto.)

Hola, mi amo:

Me ha encantado recibir tu mail. ¿Sabes? Cuando vi que tenía un correo después de estar chateando contigo en esa sala sado-maso de Chueca.com supe inmediatamente que era tuyo. Me ha hecho mucha ilusión.

Te cuento: no soy esclavo ni mucho menos; soy un chico de Madrid de apenas 17 años y, en eso no te he mentido, lleno de curiosidad pero con poca experiencia gay. Tengo que reconocer que lo he pasado estupendamente hablando contigo, y si tu eras "amo novato" yo era "esclavo novato" como te habrás dado cuenta. Por lo demás, para mí la excitación también ha sido enorme, y después de que me interrumpiera mi madre (¡jo!) tuve que ir al baño a hacerme una paja. Supongo que en eso también consiste la excitación ¿no?

Por lo demás soy un chico normal, más bien todo lo contrario de lo que aparenté ser, porque soy súper romántico y sentimental, que no me gusta la mayoría de la gente del chat porque van a saco, y a mí me gusta conocer a la gente y hacer el amor muy lentamente, podría estar besando durante horas y lo que más me gustaría es hacer al amor con alguien que me amara tanto como yo puedo amar. Aunque reconozco que hay algo que me inquieta y es que de alguna manera me interesa esto del sadomasoquismo, pero creo que solo sería capaz de hacerlo con alguien muy morboso y muy limpio, y de una manera muy “light”; porque no me gusta sufrir para que te voy a engañar ¿entiendes? creo que soy un masoca más bien estético, porque lo que me gusta es el cuero y los uniformes y esas cosas….

Pero te repito que en lo demás te he engañado poco; solo lo justo para empezar a chatear, soy así como te dije: tipo rubito con pinta de pijo, juego al fútbol en el equipo de mi urbanización y mis amigos no saben nada de mis gustos; vamos, que no he salido del armario... ¡Ah! y me llamo B. como has podido comprobar, porque para que veas que no había malicia en mi, la dirección de correo y el número de teléfono son auténticos.

Por cierto, uno de mis mejores amigos del chat es un chico al que adoro y es vasco también, de Z., y desde hace meses mantengo con el una relación de lo más agradable y placentera. Así que si después de todo esto, no te he desilusionado y crees que todavía puedo ser un buen "esclavo" me encantaría poder volver a chatear contigo, con tu permiso claro.

Besos. BB



P.S.: En casa me llaman así, BB; no te rías, ¡eh! que te estoy viendo, ya se que no es un nombre muy apropiado para un esclavo.”

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