domingo, 22 de julio de 2007

LAS FLECHAS DEL AMOR

Hoy mi abuela se ha levantado cantando una vieja canción de una tal Karina que creo que se llama “Las fechas del amor” y cada vez que pasaba a mi lado se ponía de perfil en plan Nefertiti y mirando para mí cantaba:

“Aquí está, viene ya tan feliz,
con sus flechas de amor para tí,
quizás también para mi...”


Y no paraba de cantarla, la muy fantasma. ¡Y pensar que hay gente que se pasa la vida intentando grabar psicofonías! Desde aquí os lo digo, mi abuela es el fantasma que más psicofona o cacofona -o como se diga- del mundo. Esto me lleva a pensar que mi abuela sabe algo de que me he enamorado; no se si lo ha averiguado por si misma o también ha leído el blog de Amanuense. Tendré que investigarlo, pero ¿de dónde saco yo un aparato de esos de cazar fantasmas a ver si la pillo leyendo los blogs de mis amigos? Abuela, hija, no vayas a descubrirme, ¡que luego me jodes la exclusiva!

Ayer me compré tres bañadores en el Carrefour, uno verde, otro de rallas y otro de flores. Ya se que contar esto en mi blog quizás me haga perder glamour (no quiero ni pensar que dirá TH III cuando me lea) pero por otro lado tengo que decir que estaban a 8 euros y que yo escoño muchos bañadores, yendo de aquí para allá con la tabla de surf y usándolos debajo del traje de neopreno. ¿Os he contado alguna vez que me meo dentro del traje de neopreno para tener el cuerpo más calentito? Pues eso… No voy a ir todo el día de bañadores de Polo y pijadas así. De todas formas me tenéis que reconocer que por ocho euros cualquier puede mercar un bañador en el Carrefour y pensar que lleva un bañador como el de Iago, el famoso… famoso… bloguero? surfero? Bueno, un bañador como el mío.

Hoy ha vuelto el mal tiempo y aunque he ido a competir a un concurso de surfeiros en la playa de Pantín, por poco muero “al frío” y “al ahogo”… ¡que por poco palmo, vamos! Hacía un frío que cortaba el cutis, si esto es veranear venga dios y lo vea. No se que pasa este año, los paisanos están desesperados, las plantas no florecen, las vacas mugen, el sol sale por el este... Bueno, esto es igual que siempre. El caso es que no para de llover ¿será el puto cambio climático, ese? Pues ya podía haber esperado al otoño para venir.

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