lunes, 30 de julio de 2007

El VIDEO ACABÓ CON LA ESTRELLA DE LA RADIO, PERO NO CON MI MADRE

En mi casa son varios los niveles y las fuentes de la información. Mis perras se informan en la calle; mis hermanos se informan por los amigos, mi padre lee el periódico, mi abuela… bueno mi abuela tiene hilo directo con el más allá claro, por algo es un fantasma, a saber con quién habla; y mi madre oye la radio.

Para mi madre lo que diga la radio va a misa, la radio es dios. En mi casa todo el día se oye la radio, aparte de la voz de la televisión y del gramófono de la abuela donde escucha a Luís Mariano y a Doña Concha, los únicos que cantaban bien según ella; no como esos mamarrachos que cantan hoy en día, que cantan todos igual y por la nariz –dice ella. Y suenan los ordenadores de mis hermanos cada uno con su música y el MSN además. Mi kely no es precisamente, como podéis ver, el palacio del silencio.

Pero la que rige más nuestra vida, la que marca nuestro ritmo es la radio, el “parte”. Todas las conversaciones de mi casa terminan con un “lo ha dicho la radio” por parte de mi madre; y si la conversación asciende de nivel y pasa a discusión, la variante de la frase anterior es “lo ha dicho la radio, y punto”. Para mi madre no hay más verdad que lo que dice la radio. Lo malo es que el mensaje invariablemente le llega siempre fragmentado, porque la radio la pone en la cocina y ella no para de moverse por toda la casa; así que más o menos lo que ella oye es lo siguiente:

“El presidente Bush ha dicho … que los cristianos y los ortodoxos deben entenderse desde el balcón de …. La casa Rosada, donde la nueva candidata a la presidencia … del Real Madrid, que ha fichado a una nueva estrella… conocida en el mundo artístico como Yola Berrocal…” y todo así.

El problema es cuando ese conocimiento, así adquirido, se traslada a la vida cotidiana.

- Mamá, me voy a la playa.
- Iago, hijo, llévate las botas de agua que ha dicho la radio que hay inundaciones…
- Pero mamá… ¿a la playa? Con el día que hace. Si las inundaciones son en Europa.
- Iago hijo, siempre discutiendo ¿no estamos en Europa? Pues eso. Llévate las botas de agua que ha dicho la radio que hay inundaciones y punto.

Y ya me veis a mi vestido de surfeiro con botas de agua que soy el hazmerreír de mis colegas. No sabéis lo difícil que es surfear con katiuskas, no os lo recomiendo.

- Mamá, me llevo las llaves del coche grande.
- Ca, ca, ca, el coche Iago no…. Ha dicho la radio que hay un atasco monumental.
- Mamá, pero si es en la M-40 en Madrid y estamos en Coruña…
- Ya, hijo, pero los atascos se sabe dónde empiezan pero no dónde terminan. El coche no, que ha dicho la radio que mejor no se coja el coche, y punto.

Y me tengo que ir en la moto con la tabla, la mochila, la visera, el impermeable, las botas de agua… Ayer sin ir más lejos, me dijo:

- Iago, hijo, siempre en bermudas…. Ten cuidado que ha dicho la radio que está desapareciendo gente.
- Mamá, será en el triángulo de las Bermudas, pero no por ir en bermudas a la playa de Doniños….
- Iago, que tonto eres hijo…, ha desaparecido una chica en Canarias, lo ha dicho hoy la radio.

Y así siempre. La radio gobierna mi vida, es horroroso. Desde aquí os lo digo, la radio habrá hecho mucho por las libertades en este país (menos la COPE, claro) pero realmente para mi vida diaria la radio es una condena. ¡Radio, me cago en tus muelas!

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