martes, 6 de febrero de 2007

CARTAS DE AMOR DE UN ESCLAVO, II (o El disco duro encontrado en Chueca)

(NOTA PREVIA DEL AUTOR: Es un recurso literario utilizado por muchos narradores explicar que lo que allí se puede leer fue hallado en un manuscrito abandonado. Bueno, como hoy nadie se creería la historia del manuscrito perdido, tendré que confesar que este relato por entregas lo encontré en un disco duro de un ordenador abandonado en Chueca. Por ello, todo lo aquí narrado es completamente verídico y, sin embargo, cierto.)


"Hola, mi amo:

Hoy he tenido mi primer castigo cuando vi el título del correo que mi amo me envío, sufrí un enorme dolor pensando que era una carta de despedida, aunque bien mirado y como me gusta sufrir, ya estaba medio excitado. Ahora, ¿está mi amo en el chat? ¿Quiere mi amo que vaya? Realmente no tardo nada.

Me encanta el plan que mi amo ha organizado para mi nueva vida de esclavo… ¿por qué no empezamos hoy mismo? así que a una simple orden corro para el chat. Me gusta sobre todo la parte de la violación, amo; bueno y lo de ser su muñeco. Me imagino un muñeco de peluche muy mimoso y sumiso, ¡ay, dios! ¿Dónde hay que firmar, mi amo? Lo que no me gusta tanto es eso que mi amo dice de que me cambiará por otro más joven…., aunque bien mirado, creo que un esclavo más en casa no estaría nada mal, pero nada, nada mal ¡cómo lo íbamos a pasar! Pero de momento mejor que se conforme conmigo, ¿vale? y deme unos cachetitos que me tiene muy abandonado o, incluso ya puestos, me podía dar la orden de que me fuera tocando algo…

Desde luego mi amo va a ser el amo perfecto, porque ya me conoce muy bien. Es verdad que ayer me marché del chat lleno de celos, y es que pienso (si los esclavos podemos pensar) que si bien no se puede servir a más de un amo, tampoco se puede cuidar a más de un esclavo; aunque si me demuestras lo contrario y me impones el correspondiente correctivo, quizás cambie de opinión.

El caso es que aún no estoy preparado para sufrir tanto, viendo como mi amo castiga a otros esclavos más..... ¿impúdicos? Yo también soy un esclavo que está aprendiendo (eso si, con muy buena disposición) y mi amo tendrá que tener paciencia conmigo y dedicarme toda tu atención para el adiestramiento, siempre pensando en que pueda servirle mejor, claro; de ninguna de las maneras se me ocurriría pedirlo para satisfacer algún sentimiento egoísta propio, puesto que no tengo mas voluntad que la suya. En resumen, ¡qué estoy celoso, coño!

Y desde luego como amo va aprendiendo rápido, porque su carta ha sido de lo más didáctica y prometedora. Quiero que mi amo sepa que he entendido bien sus deseos y no pienso más que en la obligación de meter goles como una máquina, pero que sepa también que he retirado discretamente del desván las paletas de jugar al ping-pong por si en un exceso de celo algún tiro a gol me saliera desviado, desde luego involuntariamente.... Y cumpliendo su soberano deseo procederé a aplicarme cinco buenos azotes en mi rubicundo y respingón culete (¡qué injusto!, cari, sería mejor seis y así podría repartirlos entre ambas nalgas por igual, ¡ay! así una tendrá celos de la otra). Decirle desde ahora mismo que estoy deseando termine el inocente partidillo del entreno de hoy y que jugaré sobreexcitado sin que el entrenador sepa los motivos, ¡um!

Pero por otro lado el premio por meter goles me parece aun más prometedor que el castigo por no meterlos: dormir al lado de mi amo y señor, darle calor y saciar sus necesidades más primarias ofreciendo mi cuerpo para su placer es, con mucho, un premio de lo más inmerecido por este esclavo, solamente superado por el placer de ser violado además por algún amigo de mi amo en su presencia.

Bueno, en la seguridad de que el castigo será ejecutado en sus justos términos, se despide este esclavo esperando se cumpla la voluntad de mi amo.

BB te quiere, te desea y te lustra las botas con la lengua...

Este esclavo, que lo es.



P.D. Bueno, amor, que te espero, ¿vale? Dime algo y no me hagas sufrir(tanto)."

No hay comentarios:

Publicar un comentario