sábado, 17 de marzo de 2007

LA PUTA ECONOMÍA ¡ESTÚPIDOS!

La Economía marca mi vida..., bueno yo creo que la del mundo. Y esta es una verdad absoluta a la que llegué yo solito, así sin pensar mucho, la verdad.

Es que yo no sé en qué día vivo, ni por supuesto en qué mes ni año. A mí me es igual. Yo no miro el calendario porque para qué, porque es muy vulgar y todo el mundo tiene uno. Es más, todo el mundo tiene el mismo con los mismos siete días a la semana y siempre en la misma secuencia; y no hay calendarios de D&G ni de Calvin Klein que yo creo que molarían más con viernes de diseño o sábados de 50 horas.

Por eso yo paso del calendario. A mí es la economía la que me va diciendo por donde voy.

Que me llegan mensajes al móvil de todos mis ex. Pues ya sé que estamos a primeros de mes, días 1 ó 2 como mucho. Que se acuerdan de mi, que a ver si quedamos y me presentan a su actual novio (para joderme, más que nada), que si no puedo olvidarte, que si soñé que me besabas y que a ver si tomamos unas cañas. Y digo yo ¿pero jodido, no te acordarás de mí también a finales de mes? No, solo se acuerdan a primeros cuando hay pasta ¡pues vaya mierda de ex! ¡Cutre!, que cuando éramos novios no me regalaste ni un diamante ni nada.

Sobre el día 3 ó 4 vamos al cine o al teatro. Vamos en coche eso sí, porque hay dinero para gasofa. A finales de mes a las exposiciones en el metro. A finales de mes vamos de exposiciones, ya digo, y si es una inauguración mejor, que nos dan aceitunas. Nos vendemos a la puta cultura imperante por unos cacahuetes.

Sé que es el primer finde cuando llego a Cool y está petada. ¿Está lleno? Pues es el primer viernes del mes sin ayuno y sin abstinencia. Al revés, todo el mundo pidiendo copas y bebiendo y queriendo ligar porque hay para condones. Yo me dedico a mangar las copas en la barra que dejan los que van a bailar; porque siguiendo otra importante ley de la economía: lo que no gastes en copas hoy lo tendrás para otros vicios mañana.

Sobre el día diez o así hay mucha gente comprando en H&M. Ya casi no hay dinero para copas ni petas ni gominolas, pero a ver si nos compramos una camiseta. Si aparece el chico de mi vida no lo puedo invitar, pero que se quede muerto con el último modelo de cutrecamiseta.

El día 15 siempre hay un cumple. Si, siempre hay un cumple el quince. Toda la peña celebra el cumple sobre el quince. Claro, saben que hay pasta para el regalo. Bueno, por lo menos tenemos merienda. Pero que jodidos son, ¿es que nadie nació después del 15? ¿Son todos “ratas” en el calendario chino o qué?

El día 20 se apaga el móvil de mi novio. Ha llegado a la cantidad crítica. A partir del veinte del mes me queda solo el novio ¡por internessss! El coche, por supuesto, sin gasofa en el garaje.

Más o menos por el día 22 se oye en mi casa: ¿Pero qué cojones es esto? ¡Otra vez 120euros de Vodafone! ¡Iaaaagoooooooooooooooo! Pongo un mensaje a toda la peña para decir que a partir de ahora tendré que poner menos mensajes.

Sobre el día 27 o así no hay ni un puto coche por la carretera de la Coruña, que a principios de mes siempre está petada; ahora ni kias ni jaguares ni bemeuves, nada. Eso quiere decir que la tarjeta visa le pasa a todo el mundo factura en esta sociedad globalizada.

Y por fin, el día 29 o 30 del mes en vez de ir al chino, vamos a tomar un puto bocata de calamares a la plaza Mayor. Miramos a los guiris comiendo paella con envidia y nos paseamos por los escaparates de la calle Preciados viendo zapas plateadas y doradas inalcanzables.

¡Ay, ya es fin de mes!

Como dijo Feliciano Teixeiro, presidente de los Estados Unidos: "es la puta Economía, ¡estúpidos!"

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