
Porque mi flipe no va por ahí, no. La cuestión que me indignó estaba, no ya en la entrevista a un chico espabilado, por otra parte, sino que ese periódico amarillista lo señala, en su segunda página, como uno de los personajes del día “al alza” (que para ellos, gráficamente, es una flecha para arriba, mira que ocurrentes...) porque, según la redacción del suelto, Zac ha “argumentado” que “los actores deben hacer su trabajo y no hablar de política”. Y se quedan tan panchos. ¿Pero dónde hay en esa frase una argumentación? En todo caso será una opinión, vamos, digo yo. ¿Y por qué no pueden hacer las dos cosas? ¿Tan torpes son? ¡Y qué tenga yo que dar clases a “El Mundo”.
Pero mi estupor va más lejos todavía, ¿sabrán en ese periódico de dónde viene la palabra “polis”? Pues del griego, polis, ciudad. Es así que la política es el gobierno de la ciudad, de los ciudadanos. Así que cualquiera debe tener derecho a hablar de política, sólo faltaría. No veo yo por qué razón los actores no habrían de hablar de política y dedicarse a hacer su trabajo en exclusiva. Es que a El Mundo no le gusta nadie que no diga lo mismo que ellos. ¿Estarían pensando en los Bardem? Pero, digo yo ¿y los médicos deben de hacer su trabajo y no hablar de política? ¿Y los arquitectos? ¿Y los curas, deberían dedicarse a su trabajo y no hablar de política? Bueno, estos si, coño; claro que decir trabajo es mucho decir en este caso. Pero ¿Y los periodistas deberían, por tanto, hacer su trabajo y no hablar de política? Igual Pedro Jota y FJL también, y mejor nos iría a todos. Y ya puestos en el absurdo más espantoso: ¿Deberían los políticos hacer su trabajo y no hablar de política? Pues igual también, así irían más diputados al Congreso a ver al Presidente de Colombia, Sr. Uribe, en vez de a la Presidenta consorte, Sra. Bluni.
¿Y Aznar? Pues ahí lo tienes, que sigue sin dimitir; haciendo sus trabajitos y sin hablar de política, que sé de buena tinta que lo que quiere es casar a otro hijo en El Escorial, jajaja.
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