Yo llamaba “cari” a todo el mundo. Bueno, en la blogosfera, claro; en la vida real no voy llamando cari a la gente, que es una mariconada, jajaja. Era una de mis señas de identidad, junto con mis famosas carcajadas y mis bezos. Bueno, a mi me parecía que eso hacía que la gente me percibiera más cariñoso y cercano... Ya sé que no era el único y no era la bomba de la originalidad, pero a mi me gustaba. Para mi, realmente, no es la típica mariconada de cari por aquí, cari por allá; sino, sencillamente, una expresión que me parecía más agradable que el típico “tío” o “colega” o cosas asi. Y en eso estaba.Con no pocos amigos de MSN – curiosamente todos gays- tuve alguna pequeña discusión, pues no les gustaba, e incluso algunos odiaban, que les llamara así en nuestras charlas. Algunos lo identificaban, equivocadamente pienso yo, con un síntoma de pluma que la mayoría rechazaba. Pero muchos acabaron entendiendo mi idea, y me lo aceptaban. Incluso, tengo que decirlo, a algunos acabó gustándole y mucho. Y desde luego haciendo sexo, no le llamo cari a nadie, vamos, jajaja. Pero incluso Silvia en su blog, que se llama: “No me llames cari”, a mí me lo permitía.
El caso es que ahora estoy intentando dejar esa costumbre. Y es que en ese programa de la tele llamado “Estas no son las noticias” hay un espacio que presenta una reportera, una tal D´Noé, que se llama así “De cari a cari” y que, no lo voy a negar, realiza unas entrevistas ficticias con bastante gracia. Pero, sin embargo, ella se ha apropiado también de esa expresión –yo creo que me la ha copiado, claro, jajaaj- y, lo que es peor, abusa de ella. Me la está haciendo odiar, francamente. Una cosa es soltar un “cari” en el momento justo, otra muy distinta estar diciéndola todo el rato. Así que, a partir de ahora, no sé cómo os llamaré caris, porque xoxo no, que ya os lo llama Jimbito…
De momento, entonces, seguiré con mis bezos, que son marca de la casa y de esos no se ha apropiado nadie hasta la fecha, que se sepa. Pues eso.
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